*Autor: Jaime G. López "Desperdicios"
Dave Edmunds, también conocido en la industria británica como el Dragón de Gales, corresponde a esa reducida nómina de creadores totales que controlan todo el proceso de la creación musical y que son rara avis en el mundillo del rock . (...)
Dave Edmunds, también conocido en la industria británica como el Dragón de Gales, corresponde a esa reducida nómina de creadores totales que controlan todo el proceso de la creación musical y que son rara avis en el mundillo del rock . (...)
A saber: extraordinario guitarra (sirva como botón de muestra su adaptación a la guitarra eléctrica de la Danza del Sable del maestro Khachaturian en el seno de su iniciático trío Love Sculpture), portentoso cantante con uno de esos timbres de voz que enganchan desde la primera vez que lo escuchas, compositor fecundo de larga trayectoria, tanto como las décadas que lleva en el negocio, pero también un tipo con el gusto y los conocimientos para pasar la llama de la tradición mediante oportunas versiones y siempre con un ojo en la recuperación de oscuros valores del pasado.
Pero si esto no fuera suficiente, especialmente cuando todo ello se desarrolla en los niveles de calidad más altos, a todo ello se une su labor como extraordinario productor. La nómina es muy amplia pero permítannos mencionar dos nombres que sobresalen en ella. Por un lado, la banda norteamericana Flamin' Groovies, a quienes produjo su extraordinario e imprescindible Shake Some Action y, por otro, a él le debemos el descubrimiento, grabación y producción del primer trabajo homónimo de Stray Cats, siendo responsable además de los mejores trabajos del trío de Long Island (además del debut, Rant'n'rave y Blast Off). Por último y seguro que para él tan disfrutable como el resto de sus facetas, durante la década de los ochenta Edmunds ejerció de director musical de especiales televisivos o conciertos donde se homenajeaba preferiblemente a estrellas de los cincuenta y en la que una abultada nómina de grandes estrellas le rendían tributo. Pon un nombre a aquellos videos con los que seguramente conociste a esos pioneros y allí encontrarás la figura sonriente de Edmunds con su flequillo a dos aguas y normalmente en un discreto segundo plano, con una acústica ejerciendo de guitarra rítmica. Todo el trabajo para que aquéllo sonara bien, conjuntado y la labor de templar egos sobredimensionados, era del maestro Edmunds. Nos quedamos con dos, el especial dedicado a Carl Perkins ( C.P. & Friends Rockabilly Session) junto a Harrison, Clapton, Starr entre otros. Y un directo de Jerry Lee Lewis en el Hammersmith Odeon de Londres (junto a Van Morrison, Dave Davies, Brian May) cuyo abultado anecdotario cuelga en la web de Edmunds como su concierto más surrealista (nosotros lo tradujimos y aquí lo puedes encontrar).
No son pocos los méritos de este músico que tanto en solitario como con Love Sculpture y Rockpile, junto al gran Nick Lowe, atesora verdaderas joyas discográficas. En un estilo propio que se mueve entre el Power pop, el Pub Rock, el sonido New Wave pero con unas bases siempre muy fuertes en las raíces de la música Norteamericana y sus grandes géneros.
Últimamente poco sabíamos de él, incluso pensábamos que estaría retirado tras la última aparición pública de la que teníamos constancia, en la gira de despedida de los Stray Cats en Londres hace unos años. La casualidad nos puso sobre su pista de nuevo. Por un lado, un amigo residente en Suecia nos informaba que sus visitas por esos lares suelen ser constantes en pequeños escenarios y con bandas locales. Por otro, casualmente en torno a las pasadas Navidades, nuestra tienda de discos de confianza nos informó de un próximo lanzamiento de Edmunds. Curiosamente allí mismo adquirimos el último trabajo que había editado, el fantástico Plugged In en el... 94!!!. Un par de años después de su gran actuación en el Festival de Leyendas de la guitarra de la Expo sevillana, en el que ejerció de maestro de ceremonias de la noche dedicada a la música de raíces. Y lo mencionamos porque aquel trabajo incluía revisiones de canciones anteriormente grabadas pero que tocó aquella noche, como el mencionado Sabre Dance.
El nuevo trabajo lleva por titulo ...Again y, oh sorpresa!!! Se trata de ese mismo trabajo del 94 al que Dave ha añadido cuatro grabaciones nuevas. Bueno, para ser más exactos, de aquellas once canciones recoge ocho que completa con otras tres inéditas de aquel periodo y las mencionadas nuevas canciones. Algo de lo que no se ha debido percatar mucha gente. Este mismo mes leíamos una reseña de la prestigiosa revista británica MOJO donde se mencionaba que se trataba de grabaciones de los 90, sin especificar que se trata concretamente de ese trabajo ya publicado en el 94 al que se han añadido inéditos y nuevas grabaciones.
La verdad es que ha sido una pequeña decepción, porque uno esperaba volver a disfrutar de nuevos temas y arreglos de Edmunds. Dicho esto, para el oyente que no haya escuchado aquel disco, donde intuyo se posiciona el grueso de la humanidad, ya que no creo que aquel trabajo editado por el pequeño sello de Memphis Pyramid Records tuviera excesiva difusión, se encontrará con una gran colección de canciones, melodías y un gran trabajo de instrumentación realizado por el propio Edmunds en su integridad.
Así es, el multi-instrumentista Edmunds se encarga de todos los instrumentos: guitarras, bajo, batería, piano, sintetizadores, acordeones y voz. Algo que quizás fuera más extraordinario a primeros de los 90 pero que ahora se ha convertido en más habitual con las modernas técnicas de grabación digital. Y para muestra, el propio Edmunds ha colgado un vídeo en Youtube con el tema que da título al disco y donde se le puede ver tocando todos los instrumentos mencionados. Lo cual no significa instrumentación básica, y menos en alguien que siempre tuvo como referencias las abigarradas producciones con capas de instrumentación y armonías.
¿Y que es lo que contiene este disco? (¿o deberíamos hablar en pasado?). Pop con brillantes melodías en la tríada Baby Face, People Wanna Get High y I Still Love You. Que se escora hacia el sonido zydeco gracias a acordeones fronterizos sobre pegajosas melodías pop en Again, It doesn't Really Matter y Halfway Down del hoy venerado Jim Lauderdale. Cerrando este apartado pop con las baladas acústicas Your Song (instrumental) y A Better Word for Love.
También despacha buena dosis de rock guitarrero a la Edmunds con repetitivos y adictivos riffs en Chutes and Ladders , One Step Back (de ZZ Gibbons), el instrumental The Claw y con guiños a Elmore James en Standing at The Crossroads o Chuck Berry en I Love Music (raro es que el viejo cascarrabias no le haya demandado por sus préstamos a Memphis Tennessee).
El apartado versionero clásico incluye a Otis Redding en I Got The Will y dentro de los nuevos temas una revisión con mordiente guitarra del Return to Sender (increíble que un solo hombre pueda hacer una versión tan coral) y una menos sorpresiva Georgia on my mind.
En total 15 canciones donde se condensa el sonido que Edmunds desarrollara durante sus años mas fructíferos en solitario, durante los 70 y la década de los 80. Todas las facetas del mejor Edmunds se encuentran aquí representadas. Si le quitamos la falta de novedad al material, al menos tenemos un gratísimo reencuentro con uno de esos músicos extraordinarios que nunca deberían retirarse. Esperemos que este trabajo tenga continuidad y pronto podamos reseñar un trabajo con nuevas grabaciones.
Suena la corriente: "Standing at the Crossroads" - Dave Edmunds
Suena la corriente: "Standing at the Crossroads" - Dave Edmunds
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