*Autor: Jaime G. López "Desperdicios"
El 24 de enero de 1960 (hoy hace 54 años) Gene Vincent y Eddie Cochran se embarcaban en una gira por las Islas Británicas. Al finalizar la misma, el día 16 de Abril, y de camino al aeropuerto para regresar a EEUU, su taxi sufre un accidente. Gene Vincent, el tour-manager Pat Thompkins y el conductor salen ilesos. Su novia, Sharon Shelley, pasará varios meses ingresada en un hospital en estado grave. Eddie Cochran muere a los veintiún años en el hospital St. Martin's de Bath. (...)
El 24 de enero de 1960 (hoy hace 54 años) Gene Vincent y Eddie Cochran se embarcaban en una gira por las Islas Británicas. Al finalizar la misma, el día 16 de Abril, y de camino al aeropuerto para regresar a EEUU, su taxi sufre un accidente. Gene Vincent, el tour-manager Pat Thompkins y el conductor salen ilesos. Su novia, Sharon Shelley, pasará varios meses ingresada en un hospital en estado grave. Eddie Cochran muere a los veintiún años en el hospital St. Martin's de Bath. (...)
Aquella gira que se inició un domingo en un cine Ipswich que aquel día hacia las veces de auditorio tiene bastante de histórica a parte de por el trágico desenlace. En primer lugar, se trataba de la primera gira en grupo de solistas británicos (que incluyó a lo largo del tour, entre otros, a Billy Fury, Joe Brown, Georgie Fame, Vince Eager y Johnny Gentle), creando un circuito que ayudaría al establecimiento y desarrollo del rock en el Reino Unido. Además, se trataba de la primera visita de Eddie Cochran a las Islas, lo que se traduciría en un tremendo impacto tanto en la primera generación de músicos y bandas inglesas que le acompañaron, como en la siguiente de los años 60. Todos aquellos que asistieron a sus conciertos o vieron sus actuaciones por televisión durante aquellos meses nunca lo olvidarían. Su magnetismo (una mezcla entre Elvis y James Dean, como lo definiría uno de sus compañeros de gira), su destreza a la guitarra y un repertorio incontestable dejarían una profunda huella en unos jóvenes George Harrison, Keith Richards, Jeff Beck, Roger Daltrey, Pete Townshend, Robert Plant, Jimmi Page y tantos otros. Incluso el músico Georgie Fame declararía años más tarde que gracias a Eddie Cochran (y sus versiones de Hallelujah I Love Her So y What I’d say) descubrieron en las Islas al músico Ray Charles, de profunda influencia en los pioneros músicos de blues y soul británicos.
No es de extrañar que los británicos quedaran deslumbrados por su figura. No olvidemos que a pesar de que los discos más vendidos (y preferiblemente blancos) de rock and roll circulaban en Inglaterra, esta tierra estaba entonces bastante virgen en materia de actuaciones de artistas norteamericanos. En 1958 Buddy Holly había girado por las Islas, pero poco más. El debut aquel mismo año de Jerry Lee Lewis se había tornado en fracaso debido al escándalo que supuso en la sociedad británica el conocer que la jovencita que lo acompañaba era su esposa y solo tenía 13 años. Elvis Presley nunca pisó suelo inglés debido a las maquinaciones de su mánager, el Coronel Parker, inmigrante ilegal holandés en EEUU que nunca se atrevió a salir del país para evitar problemas, y no se arriesgó a que su discípulo se pusiera a tiro de algún otro tipo sin escrúpulos. Chuck Berry, otro de los ídolos del momento, no pisaría suelo inglés hasta 1964, ya que a inicios de los 60 penaba condena en una prisión; su crimen, además de ser un poco torpe, ser un negro orgulloso y con éxito.
Por ello, no es de extrañar que el tour de doce semanas que había realizado previamente a finales del 59 Gene Vincent fuera todo un éxito. El público británico estaba hambriento por ver a los auténticos creadores del Rock and Roll y el empresario británico Larry Parnes lo tuvo claro. Si en vez de un solo artista norteamericano (máxime tratándose del errático y enganchado a todo tipo de sustancias Gene Vincent), podía meter en el cartel a dos y juntarlos a emergentes solistas británicos y sus bandas de acompañamiento, la gira sería un éxito, especialmente si esos artistas británicos estaban bajo su contrato. La estrella elegida para acompañar a Gene Vincent, seguramente recomendado por éste, fue su amigo Eddie Cochran a razón de 250 libras semanales más gastos para el de Minnesota. Dicho y hecho. Parnes organizó un agotador tour de invierno por las Islas que resultó tremendamente duro para Eddie, acostumbrado al soleado clima de California.
Tampoco ayudaba el hecho de la reciente muerte en accidente aéreo de su gran amigo Buddy Holly junto a Ritchie Valens y Big Bopper. A ellos dedicará la emotiva Three Stars, una canción que alababa el talento y juventud de los tres músicos fallecidos en accidente aéreo a mitad de una gira por EEUU. De hecho, la muerte de Holly se convertiría en una funesta premonición de la suya, y en las semanas finales de la gira recurrentemente sufriría pesadillas al respecto. Su novia Sharon relataba en su autobiografía Summertime Blues cómo la noche antes de fallecer despertaría en estado de shock diciendo que pronto se iba a encontrar con Holly.
La gira, no obstante, fue un tremendo éxito. Eddie, apoyado por el grupo de Marty Wilde, los Wild Cats, realizaría increíbles shows y apariciones por TV, como el programa Boys Meets Girls, cuyas grabaciones dan cuenta del fiero directo de Eddie Cochran, quien había colocado en su Gretsch 6120 una pastilla P-90, típicas de Gibson, en el puente, para conseguir mayor potencia en el sonido de las primitivas amplificaciones de la época.
La enorme pérdida que supone que alguien tan joven desaparezca tan pronto siempre deja grandes incógnitas sobre lo que pudo haber sido. A sus veintiún años, Eddie no era solo un experimentado cantante y guitarrista, sino que componía su propio material, algo no tan habitual en la época y menos de la calidad del repertorio que dejó tras de sí, pero es que además producía buena parte de sus grabaciones y ejerció de productor y guitarrista de sesión de grabaciones ajenas en estudios de L.A. Asombra pensar en lo que Eddie (solo dos años mayor que Lennon y cuatro que McCartney) hubiera podido haber desarrollado de haber sobrevivido al accidente. Es lógico pensar que su progresión musical hubiera sido extraordinaria y no se hubiera quedado anclado en sus primeros éxitos, como hicieron muchos de los artistas pioneros de su generación. Su papel como avezado guitarrista y productor, enlazado al ascendente que esta gira logró sobre los músicos de la siguiente generación, también podrían haber jugado un papel muy interesante durante los años 60. Desde luego sus enseñanzas no caerían en saco roto y pronto sus alumnos protagonizarían la invasión musical británica de EEUU y, más de 15 años después de su desaparición, se produciría la revuelta punk que plantaba sus bases en el primitivo rock'n'roll y en los himnos de rebeldía generacional como los escritos por Cochran. Su legado sigue tan vivo hoy como hace 50 años. Como él mismo escribía en sus fotos autografiadas, Don’t Forget Me.
*Haz clic en el enlace para ver más fotos relativas a esta gira
Suena la corriente: "Let's get together" - Eddie Cochran
Una de las pérdidas más terribles del rock and roll. Autor de algunas de las mejores canciones de todos los tiempos, si muerto tan joven sigue siendo una de las figuras incontestables de la música del diablo, es muy probable que de vivir —como dice Jaime— su arte hubiera tomado caminos muy brillantes. No lo sabremos, pero disfrutaremos de sus temas junto con los de Gene Vincent.
ResponderEliminarUn abrazo.
Excelente homenaje a este grande. Hace tiempo que no lo escucho. Hoy lo pincharé. Saludos
ResponderEliminarEfectivamente una perdida demasiado temprana y tragica Gonzalo. Chals a Eddie nunca hay que dejar de escucharlo siempre refresca escucharle o descubrir zonas ocultas como sus instrumentales , duo con Hank Cochran u otras zonas menos conocidas.
ResponderEliminarGenial este artículo, siempre fui especialmente fan de Cochran. Gracias.
ResponderEliminarGracias, chavales, Cochran es uno de los más grandes. Ya nuestro colaborador Desperdicios siempre le ha gustado la buena grasa...
ResponderEliminarwithout waste.
ResponderEliminar