Ya no está Lou Reed. Sonic Youth se adentran en un impredecible letargo que, sin embargo, no aplaca su genética necesidad de seguir creando música aunque sea por separado. Dos nombres esenciales en la música y también en la carrera de uno de los principales cronistas rock que ha dado este país, Ignacio Juliá. Su trayectoria (Ruta 66, Rock Espezial, Vibraciones, Star...) es más que conocida para todos aquéllos que sufren la enfermedad que alimenta estos papeles digitales. (...)
Y tres nombres, Reed, Sonic Youth y Juliá, que estarán unidos el día 10 de enero en el evento A Perfect Night (ver agenda al final de la entrevista) que tendrá lugar bajo los auspicios del ciclo Izar & Star, cortesía de Jerry Corral, en el Kafe Antzokia de Bilbao. Un grupo de músicos que conocen de primera mano el peso específico de Reed le homenajearán sobre el escenario. Y en la fiesta posterior, los sonidos con origen en Nueva York tomarán unos platos a cargo de Eduardo Ranedo, Iñaki Orbezua (Spring Records, Hanky Panky Records) y el propio Juliá.
Pero un poco antes, a las 19 horas, en la Librería Cámara, se presentará Estragos de una juventud sónica (Alternia Editorial), último libro escrito por Ignacio Juliá y publicado hace unas semanas. Una revisión de la carrera y la obra de Sonic Youth como sólo quien la conoce a fondo, quien ha sabido saltar el muro que separa al cronista del creador revisado, puede encarar. Juliá no presenta únicamente la trayectoria vital y creativa de la banda desde sus inicios a través de entrevistas personales, sino que ofrece una visión del camino recorrido por el rock underground en los últimos treinta años. Con su propia disección crítica, ocupando papel protagonista cuando lo considera necesario, con la euforia, pero también la distancia temporal, de quien ha disfrutado unos sonidos tan abrasivos como emocionales.
Un placer haber podido mantener esta conversación con Ignacio Juliá gracias a las buenas artes de Jerry Corral.
La música de Sonic Youth, por su propia característica, es de las más abiertas a todo tipo de interpretaciones, revisiones y estimulaciones mentales. En tu caso, hace casi 20 años escribiste junto a Jaime Gonzalo una primera aproximación en Sonic Youth: I dreamed of noise. ¿Cómo encaras y cómo diferencias aquel libro con Estragos de una juventud sónica?
I Dreamed of Noise era una biografía oral en inglés que finalizaba en 1994 y el álbum Experimental Jet Set. Hablaban ellos mismos y otras personas de su círculo, no había desarrollo de tesis alguna por parte de los autores, tan solo una estructuración de voces ajenas. Aquel material se ha ampliado con todas las entrevistas y encuentros posteriores con el grupo; allí contaron sus orígenes, pero Estragos… cuenta toda la historia, incluyendo las claves de su separación.
Cierto rockerío siempre ha visto una sombra de duda en Sonic Youth, ya sea por la influencia en todo aquello que se llamó movimiento indie o por sus conexiones con el arte de vanguardia. Ahora que el indie es el nuevo mainstream y que Sonic Youth, de momento, no existen, ¿percibes un acercamiento o una reivindicación desde el mundo del rock?, ¿lo alientas con el libro?
Nunca entendí las sospechas que Sonic Youth sembraron entre los rockeros. Quizás se debiera a su faceta artística o a sus tendencias experimentales, fugas por las que escapaban al dogma del rock más tradicional o simplón, pero era precisamente esta actitud lo que les hizo únicos y tan influyentes. Había muchos Sonic Youth distintos y todos ellos aparecen en el libro. Actualmente parecen estar un tanto obliterados, esto se debería seguramente a su separación y a que el momento actual no parece necesitar de su reflejo histórico. Pero estas cosas son cíclicas y estoy seguro de que volverán a ser influyentes. De hecho, para muchos nunca dejaron de serlo.
Tratas de marcar en el libro una ayuda para entender la senda paralela y netamente experimental que cada miembro de Sonic Youth ha llevado mientras convivían en la banda. Sin embargo, en lo que cada uno se ha embarcado tras la pausa indefinida parece mantenerse dentro de reglas digamos más accesibles. En tu opinión, ¿es la calma que precede a la tormenta, está cada uno de ellos simplemente resituando su ficha?
El futuro de Sonic Youth como conjunto es ahora mismo incierto incluso para sus protagonistas. La separación de Kim y Thurston está en su tercer año, pero tienen una hija en edad universitaria, por lo que deberán convivir hasta cierto punto en el futuro. Cuando transcurra un periodo de asimilación de la nueva realidad, y se les hagan ofertas para actuaciones y demás, es muy posible que vuelvan. Deberían hacerlo, en cierto modo nos lo deben. Pero se tratará de una reunión más, a no ser que decidan empezar de cero y olvidar el repertorio clásico. Si hay un grupo capaz de hacerlo, son ellos.
Habiendo disfrutado con Chelsea Light Moving y Body/Head, sin embargo me declaro absolutamente embelesado por los dos discos que ha publicado Lee Ranaldo. Tal vez por ser él una de mis debilidades de la banda, pero ¿no crees que el parón de Sonic Youth parece que ha sido una especie de liberación para él, como si el tercer vértice que formaba junto a Shelley se hubiera quitado ataduras? Se les ve en algo más que plena forma.
Los Dust de Ranaldo están en plena forma, sí, sobretodo desde que tienen a un fenomenal nuevo bajista. Personalmente, me gustan los discos de Ranaldo, y admiro la valentía de Kim en Body/Head, cuyos temas son más claramente exploratorios. Pero mi debilidad son los discos de Thurston, y el de Chelsea Light Moving resulta paradigmático de su personalidad. Ya prepara nuevo álbum, a su nombre, y lo que he podido escuchar promete.
Enrique Morente les reconoce a Sonic Youth que la primera vez que escuchó su música, supo que esos eran los sonidos que estaban en su cabeza. Lee Ranaldo en especial reconoce la inmensa influencia que tuvo en ellos John Fahey. Pareciera que se llega a un punto en que artistas que han superado sus propias limitaciones sobrepasan cualquier delimitación estilística. Pero, ¿no te parece que es perjudicial que lo hagan otros sin tanta capacidad? ¿El rock lo absorbe todo?
No se trata de estilos o géneros, sino de artistas de mentalidad abierta, que por supuesto es la más creativa. Morente nos dijo que, al escuchar a Sonic Youth, reconoció algo que ya habitaba en si mismo. Esa conexión ya estaba pues ahí, solo debía realizarse, como así hicieron en un concierto. Desde la perspectiva de Sonic Youth, casi nada resulta excluyente: han versionado a Madonna y Alice Cooper, a Beach Boys y Beatles, a Mudhoney y Ramones, a John Cage y Yoko Ono… ¿Por qué cerrar puertas cuando la ventilación que hace corretear las esporas de la inspiración requiere que estén abiertas?
La dura posición de Steve Albini contraponiendo independencia/multinacionales y alguna de las cosas que cuenta recordaban comentarios al respecto de Dean Wareham en su libro Postales Negras. Pero ahora mismo, esa independencia se ha llevado al extremo, seguramente por necesidad, de la autoedición pura y dura. ¿Cómo ves la actual situación de una industria discográfica que pareciera agarrase con uñas a la actual vuelta del vinilo?
La industria discográfica está sufriendo los efectos destructores de no haber sabido reaccionar a tiempo ante la revolución digital. Dicho esto, las grandes corporaciones subsisten guapamente gracias a las nuevas tecnologías, que aunque en la mayoría de casos se acogen al gratis total, llegan a muchos más oyentes y potenciales compradores que antes. Y los sellos independientes siguen a lo suyo, pues existe un mercado para los CDs con buena presentación gráfica y para el vinilo, aunque el regreso de este último esté un tanto sobrevalorado, pues las ventas son ínfimas y no salvarán a las discográficas de su extinción.
¿Consideras toda la obra de Sonic Youth un canto a la ciudad de Nueva York? ¿Y qué significa para tí Nueva York? Casualidad o no, alejados de ellos con el tiempo o no, tres figuras tan importantes en tu trayectoria profesional como Sonic Youth, Lou Reed y Bruce Springsteen tienen el mismo origen.
No se puede decir que la discografía de Sonic Youth sea en su totalidad un canto a la ciudad de Nueva York, que siempre fue una de mis ciudades favoritas por su potencia en todos los aspectos, sin excluir el profundamente mítico, la metrópolis por antonomasia, joven pero abundante en historia. Yo diría que la obra sónica ha analizado desde una óptica crítica las apariencias y realidades de todo un país que, como dice el título del álbum, sueña despierto. Esto incluye la política de sus gobiernos en las últimas décadas, pero sobre todo el modo en que los medios de comunicación y las grandes corporaciones han moldeado el sueño americano a su antojo hasta aniquilarlo. Y, por supuesto, el efecto que esto ha tenido externa e íntimamente en el individuo.
Los que te seguimos desde las épocas de Vibraciones (a Star, por edad, no llegamos) siempre hemos leído con gusto esa implicación personal por tu parte con el objeto artístico tratado, ese saltar la línea de la amistad, algo que muchos ponen en cuestión. Pero el rock es un mundo de iconos. ¿En tu caso, fue algo premeditado, algo que no pudiste controlar o algo que surgió de manera espontánea?
Como explico en el libro, fue el producto de una época en que la información era escasa y los iconos del rock parecían inasequibles al común de los mortales. De ahí que se generase una mitología que convenía al negocio del rock, ídolos juveniles manipulados a menudo por representantes y discográficas, pero modélicos para el adolescente que estaba formándose en lo identitario, lo sexual, lo artístico. Lo he dicho muchas veces, siempre me interesó la persona tras el artista, aunque esto pueda llevar a desengaños. He podido relacionarme más o menos íntimamente con todos los miembros de Velvet Undeground y Sonic Youth, y esta familiaridad seguro me habrá impulsado en el estudio de su obra. El lado humano del músico ayuda a equilibrar ese análisis de su creatividad y su obra.
En tu propio blog te defines como “ex rock critic”. Pareciera que a medida que el rock se hace viejo, todo queda en el pasado. ¿Queda pendiente alguna revolución o ya todo es una emulación, buena o mala, de los viejos tiempos?
Lo de ''ex rock critic'' debe tomarse con una pizca de sarcasmo. Es el reconocimiento de que la figura del comentarista musical profesional está en vías de extinción a causa de la libre circulación de opiniones en Internet y por las nuevas generaciones de críticos que realizan sus reseñas y crónicas por amor al arte. Es también una forma de dejar atrás una acepción ya vieja para quizás abrazar una más amplia. ¿Cronista cultural? No solo escribo de rock, también de cine, libros, etc.
No somos pocos los que cuando falleció Lou Reed, una vez asumido el primer golpe, pensamos ¿cómo lo contará, qué sentirá Ignacio Juliá? Ya lo hemos leído y estarás presente en el próximo homenaje a celebrar en Bilbao. ¿Es lícito sentirnos solos y agarrarnos al pasado?
Precisamente mis textos a raíz de la desaparición de Lou Reed son un adiós al pasado, pues a mi edad la nostalgia no solo no me interesa, resultaría paralizante. Creo en el presente y en el futuro, que es lo único que realmente poseemos. Y no me siento solo: ahora resulta que había mucha más gente ''tocada'' por Lou Reed de la que parecía cuando vivía.
Si me lo permites, te contaré una anécdota personal. Con quince o dieciséis años, me escribió una carta un amigo mío, a raíz de un artículo tuyo en Vibraciones sobre Bruce Sprinsgteen, a partir del cual planeábamos una huida de nuestras casas en busca de la raíz del rock. Lo curioso, es que en el fondo, no queríamos ser unos springsteens de la vida, sino unos ignaciosjulias. ¿Admite el crítico de rock que él también forma parte de la iconografía que rodea a la música?
Hubo una época en que esto era cierto en algunos casos, ahí están Lester Bangs o Nick Kent, intrusos en los cenáculos del rock que sufrieron en propia piel su osadía. De ellos procedemos algunos de los críticos que iniciamos nuestra andadura a mediados de los 70, como yo mismo. Al atravesar el espejo lo que queríamos era arrastrar con nosotros al lector, mostrarle todo aquello que no cabía en un disco o un concierto. Esta implicación personal fue lo que nos separó del simple gacetillero de periódico o del crítico que analizaba desde la distancia el rock y sus figuras. Hoy la crítica es más aséptica e impersonal.
Agenda fiesta Lou Reed - A Perfect Night in Kafe Antzokia
Compra de entradas (12 €) AQUÍ
19 hs - Presentación Estragos de una juventud sónica
con Ignacio Juliá y Eduardo Ranedo
Librería Cámara
22 hs - Ciclo Izar & Star
Lou Reed - A Perfect Night, con
Sonic Trash + We Are Standard +
Rafa Berrio + Mursego +
Petti + Kirmen Uribe +
Hermana Raya (Rober Atom Rhumba, Karlos Osinaga Lisabo,...)
Aftershow Party - Stereorocks Kafe Antzokia
Ignacio Juliá + Eduardo Ranedo +
Iñaki Orbezua + Soulon Dee-Jai
Suena la corriente: "Teenage Riot" - Sonic Youth
Agenda fiesta Lou Reed - A Perfect Night in Kafe Antzokia
Compra de entradas (12 €) AQUÍ
19 hs - Presentación Estragos de una juventud sónica
con Ignacio Juliá y Eduardo Ranedo
Librería Cámara
22 hs - Ciclo Izar & Star
Lou Reed - A Perfect Night, con
Sonic Trash + We Are Standard +
Rafa Berrio + Mursego +
Petti + Kirmen Uribe +
Hermana Raya (Rober Atom Rhumba, Karlos Osinaga Lisabo,...)
Aftershow Party - Stereorocks Kafe Antzokia
Ignacio Juliá + Eduardo Ranedo +
Iñaki Orbezua + Soulon Dee-Jai
Suena la corriente: "Teenage Riot" - Sonic Youth
La nostalgia puede resultar paralizante, es cierto, pero algo parecido sucede con la propia música, que muchas veces se utiliza como un cómodo y divertido refugio, ante un mundo que no nos gusta, distrayendo la atención de mucha gente y, afin de cuentas, evitando que se organice y actúe de una forma más eficaz y realista. Y que conste que me considero un discípulo de Ignacio, yo tampoco puedo evitar implicarme personalmente, aunque me disperso demasiado en otras muchas cosas que no son la música, si bien es cierto que ésta siempre ha empapado toda mi vida ¡Muy buena entrevista! Saludos y feliz año!
ResponderEliminarLa música siempre ha sido refugio, Mad. Y en parte nostalgia... Pero coincido en que anclarnos definitivamente al pasado es escondernos.
EliminarGracias y un abrazo
Enhorabuena. Gran entrevista a una de las mentes más preclaras del planeta rock. De más está decir que el libro se lo encargaré a los Reyes hoy mismo.
ResponderEliminarCon respecto al libro, además del interés histórico y actual de Sonic Youth, es que tiene calidad literaria, cosa que no sorprende viniendo de quien viene. Da gusto leer rock si es así
EliminarAbrazos