Han pasado ya más de tres meses desde la celebración de la primera edición del festival BIME Live que tuvo lugar en el BEC! de Barakaldo. En su momento, como es habitual, tuvimos la ocasión de ver en escena a un buen número de grupos, más de los deseables en tan poco espacio de tiempo como para que la mente fije claramente el atractivo de cada uno de ellos. Y lo contamos en crónica detallada para Mondo Sonoro. (...)
Nos gusta hacer el ejercicio posterior de recordar el evento y ver qué es lo que realmente se nos quedó marcado. Los resultados suelen ser curiosos y diferentes de lo que en su momento creímos que más nos impactó. En este caso concreto, antes de releer nada, somos conscientes que lo primero que nos viene a la memoria son los shows de John Grant (nos pareció que pudo ser mejorable, y, sin embargo, se ha quedado fijo en el recuerdo) y Sondre Lerche (con muchas motivaciones emocionales y un recuerdo para Javi Trapi que en su momento nos hizo descubrir al noruego). Y, casi por encima de todas, la actuación de un grupo local que atendía al nombre de Bakelite.
Aunque ya tenían un par de singles en circulación, al menos digital, reconocimos en su momento que no les conocíamos. Es exagerado entonces que un grupo para nosotros totalmente nuevo, de la escena local, que cantaban en euskera, pudiera ser lo más memorable de un festival que incluía un buen puñado de nombres más que sobados? Pues seamos sinceros, la enfermedad ésta de la que hacemos gala tiene estas cosas. No nos extraña lo más mínimo. Su tórrida mezcla de blues y rock sucios de fuzz y con la pegajosa humedad de las aguas estancadas de un pantano es bocado al que no le hacemos ningún asco.
Desde entonces, Bakelite han tocado en varias ocasiones pero siempre nos ha sido imposible volver a disfrutar de sus hipnóticos ambientes. Así que la ansiedad iba creciendo, y desde hace un mes aproximadamente, ha quedado en parte saciada con la publicación de su primer larga duración, Azeriak. De momento, sólo hemos podido bucearlo en formato digital, pero está anunciada su edición en Cd Digipack y, sobre todo, en un vinilo que se antoja de obligada adquisición.
Obligada porque esta pareja ha sabido trasladar al estudio todo lo que de ponzoñoso tiene su música. Dos personas que aún siendo jóvenes, tienen ya un nutrido currículo a sus espaldas. Sergio Llanos (Yogur, Atom Rhumba, Uzi Trío, Eureka Hot 4) y Naiara Anasagasti (Stubborn Daughters, Estheticiens, Paniks) forman Bakelite, regurgitando con la mínima expresión, guitarra y batería, una papilla compuesta de blues (Nora, Zein Zara?), garage (Begiak Itxita), rock de apariencia atormentada (Azeriak), sonidos de frontera americana (Basoa, Merkatura), gotas de surf (Indarra), oscuridad sónica (Burua Itzi), sensibilidad evocadora (Hurrundu Nahi Dot, Etorri da niregana)… Un hipnótico y paralizante mejunje que danza entre el folk torturado, ecos a Tom Waits o Captain Beefheart (a pesar de la sensual voz femenina) o al Cave y la Lunch más primitivos, fuzz y ruido de una guitarra capaz de herir y curar en el mismo acorde, experimentación lúcida y mucho, mucho, recorrido Velvet.
Pero todo ello hecho desde la más absoluta de las personalidades propias. Es posible que esta comilona no sea apta para todos los estómagos, pero el nuestro, habitualmente bastante sufriente, queda más que satisfecho. No, nuestro cerebro no patina cuando les recordamos como botón de muestra de aquel festival.
* Compra y escucha el disco a través de su página de Bandcamp
Suena la corriente: "Begiak Itxita" - Bakelite
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