*Autor: Jaime G. López "Desperdicios"
Sirva esta reseña como nuestro tributo a Phil Everly, quien nos dejaba a primeros de este 2014 creando un vacío gigantesco en la música norteamericana. Tampoco los protagonistas de este trabajo esperaban que el mismo se convirtiera en un homenaje prematuro al pequeño de los Everly. (...)
Sin él y su odiado/amado hermano Don (y nos permitimos incluir a nuestro también adorado Buddy Holly) no hubiéramos disfrutado de las armonías vocales a dos o más voces de Beatles, Byrds, Crosby, Stills & Nash (y Young) y tantos coetáneos. De alguna manera, a mediados de los años 50, los hermanos Everly cincelaron el modelo en el que se esculpirían a partir de entonces los duetos vocales. Además de llevar a la música pop (entiéndase en una concepción amplia del término) el gusto por los sabores y sonoridades country con los que habían crecido gracias a los discos de sus padres.
Sirva esta reseña como nuestro tributo a Phil Everly, quien nos dejaba a primeros de este 2014 creando un vacío gigantesco en la música norteamericana. Tampoco los protagonistas de este trabajo esperaban que el mismo se convirtiera en un homenaje prematuro al pequeño de los Everly. (...)
Sin él y su odiado/amado hermano Don (y nos permitimos incluir a nuestro también adorado Buddy Holly) no hubiéramos disfrutado de las armonías vocales a dos o más voces de Beatles, Byrds, Crosby, Stills & Nash (y Young) y tantos coetáneos. De alguna manera, a mediados de los años 50, los hermanos Everly cincelaron el modelo en el que se esculpirían a partir de entonces los duetos vocales. Además de llevar a la música pop (entiéndase en una concepción amplia del término) el gusto por los sabores y sonoridades country con los que habían crecido gracias a los discos de sus padres.
Así, en 1958, y en la cumbre de las listas de ventas del momento con canciones como Bye Bye Love, Claudette, All I have to do is Dream o Wake Up Little Susie, los Everly deciden alejarse de esas sonoridades pop para grabar un disco que recrease los sonidos country con los que habían crecido publicando Songs Our Daddy Taught Us.
Más de 50 años después, el punk californiano Billy Joe Armstrong y la artista de raíces para todos los públicos Norah Jones unen fuerzas en Foreverly para recrear aquel disco, en una de las uniones más sorprendentes que uno pudiera imaginarse.
Entendemos que la participación de Jones es menos sorpresiva y enlaza con su trabajo en el seno de los Little Willies en los que recrean clásicos del country y que a nosotros nos parece la encarnación más interesante de la hija de Ravi Shankar, muy por encima de sus edulcorados discos en solitario. Mucho más meritoria supone la participación del Green Day Billy Joe Armstrong, a quien uno imaginaba muy alejado de estos sonidos. Llámenlo madurez o la apertura de miras de los artistas norteamericanos frente a su cancionero tradicional, pero lo cierto es que con este trabajo se ha abierto una segunda vía en su carrera de saltarín punk de himnos generacionales. Nos quitamos el sombrero por el atrevimiento y el resultado de su transformación.
De hecho, la primera sorpresa que nos depara este trabajo es la preeminencia de la voz de Billy Joe en las armonías a dos voces. Cuando uno esperaba que por el tipo de repertorio, por calidades vocales y por el público objetivo de este trabajo, fuera al revés y la voz de Jones hubiera predominado en la mezcla. Aunque en algunas tomas se invierte esta tendencia y Norah lleva la primera voz: Lightning Express, I’m Here to get my Baby out of Jail.
Las sonoridades country predominan en la mayor parte del disco con el acompañamiento de violines, mandolinas (Charlie Burnham), pedal steel (Jonny Lam), pianos y guitarras Gretsch en graves marcando el latido tan característico del country. Que nadie se asuste, ya que tanto por el trabajo que toman como referente como por las sonoridades más modernas y americanizadas con las que se afronta, no estamos ante un trabajo puro de género sino algo al alcance de todo tipo de oídos desprejuiciados.
Pero no solo de sonidos country en el formato de balada a dos voces se nutre la selección de los hermanos Everly, también encontramos folk en Roving Gambler (en la línea de lo que desarrollaría Dylan 4 años después, Ramblin’Gamblin’ Willie), honky tonk a medio tiempo en Silver Haired Daddy of Mine o baladas del Oeste (western ballads) en Who’s gonna shoe your pretty Little feet o Kentucky.
Se trata de un trabajo altamente disfrutable en las sucesivas escuchas y que nos ha sorprendido en positivo por encima de las expectativas creadas inicialmente. Aunque no todos en redacción comparten la opinión, sin temor a errar nos atrevemos a decir que la razón está de nuestro lado. Ay, malditos prejuicios que a veces obstaculizan que el mensaje llegue a nuestros oídos. De hecho consideramos que esta aproximación al legado de los Everly Brothers es más efectiva que la protagonizada recientemente por Bonnie Prince Billy y Dawn McCarthy en What the Brothers sang, que por razones obvias acogimos con entusiasmo y nos dejó un poco fríos por lo lineal y aséptico de la propuesta. Por el contrario, esta aproximación nos ha parecido mucho más cálida, sensible y disfrutable. Esperamos que compartáis nuestra opinión y que algún descreído vuelva al redil.
Suena la corriente: "Silver haired Daddy of mine" - Billie Joe + Norah
Suena la corriente: "Silver haired Daddy of mine" - Billie Joe + Norah
Pues me alegra mucho lo que cuentas del disco. Desde que me enteré de la existencia de esta sorprendente colaboración la esperaba con ganas y mucha curiosidad. Y eso tanto por los inmortales homenajeados, como por los propios Norah y Billy Joe, de quienes tengo bastante buen concepto, a pesar de todo...
ResponderEliminarSaludos