
Hubo un día en que unas guitarras tomaron nota de la música que se estaba haciendo con ellas. Y esas guitarras decidieron homenajear por su cuenta a quienes las tañían acercándoles a las fuentes de la música que ellos amaban. Ese mismo día, un juego de voces fue consciente del mismo hecho, y se aplicó el cuento. La sección rítmica no quiso quedar atrás, y se ufanó da haber encontrado manos y brazos que le daban todo el sentido. Nada menos. Simplemente. (...)
Desde entonces, cinco tipos con años de grupos, canciones y emociones a sus espaldas, conjugaron una unión que trascendía los propios límites de unas canciones formadas en base a unos acordes. Si alguien tenía dudas sobre ello, no hacía falta más que dedicar un mísero tiempo a verlo en directo. Ya sea en los acordes de Dylan, de The Band, de Neil Young, esas personas y esos instrumentos hacían restregar los ojos. Ya sea que fueran nuestros vecinos, amigos, conocidos, los ojos ardían. Ya fueran sus propias canciones, uno sentía una pizca de eso tan habitualmente inalcanzable llamado emoción. En el fondo, si lo piensas bien, tampoco era una novedad. Simplemente teníamos que haberlo visto venir. Pero cómo hubiéramos podido...

Y no estamos hablando de pasado. Porque palabra a palabra, este texto es de ahora mismo. Este texto es el escrito desde la confirmación de Shining on everyone. Aunque hablar de confirmación es un Perogrullo. No se confirma lo sangrado. Si acaso, se certifica que la herida sigue manando vida. Esas guitarras que llevaron a Pit Idoyaga, Alfredo Niharra y Txomin Guzmán hasta las fuentes, han querido seguir escuchando. Cómo éstos les han dicho que del manantial también brota rock’n’roll, electricidad, energía, que nunca deberían estar reñidos con la elegancia, con la melodía, con la esencia de eso tan minúsculo, de apenas tres o cuatro minutos, que llamamos canción. Algo tan aparentemente nimio pero con la fuerza de dar vida. Y el bajo y la batería de Juan Uribe e Iñigo Gil han aceptado volver a ser tratados con la contundencia del ritmo preciso.

Sí, once canciones paridas aquel día en que las guitarras tomaron nota, y sentidas el día en que The Fakeband decidieron homenajearlas.
Once canciones para un lujo que, lo creamos o no, es nuestro.
*The Fakeband estarán presentando el disco el 21/02 en el Kafe Antzokia de Bilbao
*Compra el disco a través de Rock Indiana o en tu dealer habitual
Suena la corriente: "Top of the world" - The Fakeband
Passion is no ordinary word. Preciosa reseña como me esperaba con el TOTW sonando como debe , en nuestro corazón, sin imagenes que lo perturben. Tenemos un lujo y tenemos que compartirlo que es otro lujo que nos podemos permitir y del que salir más chulos que un ocho, porque "suenan guitarras", es una banda "nuestra", la queremos , es un orgullo. Un abrazo querido Río Rojo!
ResponderEliminarPerfecto análisis, my Lord, ha vuelto a haber conjunción astral. Me pongo en breve a dar mi visión, lo necesito. Al fin y al cabo es por ahora el único disco que me ha calado del año en curso, y eso es importante. Abrazo.
ResponderEliminar