
Pretender escribir un corto texto acerca del primer disco en solitario de Benmont Tench aprovechando el momento para tratar de glosar la carrera de este músico todoterreno se antoja algo totalmente imposible. Su sola presencia en centenares de discos fundacionales o no de la música que corre por este Río necesitaría páginas y páginas para poder ser mínimamente justos. (...)
Porque Tench es uno de esos personajes que casi siempre desde la sombra ha hecho del rock’n’roll en muchas de sus facetas algo totalmente vital. Desde aquel afortunado encuentro con Tom Petty y Mike Campbell en 1970 que dio origen a Mudcrutch, convertido durante muchos años en frustración por no haberlo podido saborear, hasta que en 2008 publicaron su maravilloso disco homónimo. Desde aquella continuación que los nombrados emprendieron como los Heartbreakers que hasta ahora han acompañado fielmente a Petty. Desde aquellos inicios como pianista a muy corta edad que han convertido a Tench en uno de los músicos de sesión fundamentales para entender todo esto, participando en discos de los más grandes y también de los más pequeños. Por simple deferencia, uno no debe seguir por este camino.

Delicia me parece la sensibilidad en la apertura con Today I took your picture down o en Hannah, los ambientes de jazz de bar y trago de Ecor Rouge o la maravillosa Why don’t you quit leavin me alone, el paseo rumboso de Wobbles, el clásico acento de rock americano de Veronica said o You should be so lucky, esos medios tiempos tan llenos de carne, melodía y sabor en Blonde girl, Blue dress o Dogwood o ese auténtico himno pop a la california soleada, que te zarandea entre el optimismo del futuro y la evocación nostálgica, un Like the sun (Michoacan) trufado de sus guitarras de doce cuerdas que crece y crece a cada escucha. Y como en los créditos falta el otro deseado, que mejor que la tradicional Corrina, Corrina revisada por Dylan y una académica Duquesne Whistle que habla por sí misma de su grandeza.
Y todo ello, todo, con sus dedos sobre las teclas del piano, las teclas del órgano, las teclas de lo sensible, las teclas de lo vivido y lo por vivir. Desde la fila que sea.
Sólo así se puede escribir algo como esto, y definir todo un disco:
Some dreams die with dignity / they fade out clean and quietly
But some won’t let you let em go / Oh baby, why don’t you quit leavin me alone?
Suena la corriente: "Like the sun (Michoacan)" - Benmont Tench
Pude escucharlo hace un par de semanas y en un principio me pareció un gran disco sin embargo con el paso del tiempo ha perdido algo de fuelle precisamente por los temas Dylanitas , el instrumental y algún otro . Lo bueno es que un 75% del disco es maravilloso de ahí que para mi sea un notable alto
ResponderEliminarEs curioso, porque no eres el único que ha comentado algo parecido. A mí de momento me parece un disco delicioso. vale que no cambiará el curso de la música, pero todos escuchamos discos que no le llegan a éste ni al mínimo de elegancia y buen hacer. Cosa que podíamos esperar de Tench, faltaría más...
EliminarA mi me ha encantado desde la primera escucha y sigue gustandome igual.
ResponderEliminarAbrazo.
Así es, Addi, ya sabía que por tu casa esto sonaba a gloria...
EliminarPues a mi de primeras no me dijo nada el disco (casi queda ahí apartado), pero después volví a ponerlo.... y cuanto mas lo ponía mas gustaba... para mi ha ganado con cada escucha. Un saludo.
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