El sabor de las cosas que van creciendo en base al mimo, al cariño, al aroma conseguido en un plato cocinado con todo el amor que uno puede poner sobre la mesa. Welcome to Los Brazos tendrá ya unos meses, debería haber sido revisado en las Cataratas del año pasado, pero hay rodajas que basan su encanto en al atemporalidad. (...)
Una ausencia de tiempo lineal que remite no solamente a su fecha de publicación, sino a su fecha de nacimiento, su fecha de inspiración, su fecha de defunción, su fecha de pervivencia. Hay músicas que están ahí pareciera que desde hace una eternidad, y sin embrago, son quienes las toman en la actualidad y las hacen sentir como propias de su tiempo, quienes las hacen vivas. Los Brazos, estos tres tipos de Bilbao que podrían hacer cierto el dicho de ser de donde quisieran, saben trasladar la plena vigencia de una música que nace del blues, del ritmo, del entorno sureño, de la conjunción de guitarras y secciones rítmicas para hacer bailar espíritus.
Willie Gutiérrez, Koki Txamorro y Txemi Gandara pisarán escenarios grandes o pequeños, pero siempre lo harán con la pasión de los enfermos. Ya hace casi exactamente un año dijimos de ellos que eran capaces de hacer suyas canciones de Freddie King, de Stevie Wonder, de Canned Heat, de Stevie Ray Vaughan, porque las tocaban desde las entrañas, desde los genitales, desde el corazón.
Tras aquel Delay – 10 Classic Tracks que honraba a sus papeles de aprendizaje, tras un más que esperado viaje al propio corazón de la tierra americana para más de una decena de conciertos, llegó Welcome to Los Brazos, su primer disco de composición propia y la constatación de que de aquellos mimbres nacieron estos ritmos. De nuevo demuestran que la linealidad temporal es algo a no tener en cuenta. El disco fue grabado dos semanas antes de que se publicara el anterior, en un simple fin de semana pasado en los estudios de Saúl Santolaria, y como mandan lo cánones de la antigua usanza, en puro directo, sin ningún tipo de cortapisas. Da gusto escuchar la risa e incluso la tos al comienzo de ese boogie-funk que es Juice. Pasean entre sus aromas a blues-rock habituales, como en Where to go, Have mercy o Cold, donde lo mismo remiten a las barbas de ZZ Top que a las melenas y agudos de los Zeppelin. Pero contiene refrescantes notas de caminos paralelos, como ese sorprendente pop-duro de regusto a FM americana en What should I’ve done, que en otro tiempo y lugar podía haber avasallado, o ese The Rain que es puro y delicado clasicismo country-rock, donde el espíritu Allman cabalga sin complejos, ese Son de puro blues arrastrado o un Stand by me de macarra chulería rock nacida de la propia esencia del clásico.
No, para qué seguir la rutinaria línea temporal. Por eso, tras pasearlo en numerosos escenarios, por qué no hacer una presentación oficial ahora, si es cuando apetece. Así que este jueves estarán en el The Box Club del Puerto Deportivo de Getxo (ver agenda), haciendo lo que saben.
Subirse a un escenario, tocar y sudar.
* Compra el disco a través de su web
Suena la corriente: "Stand by me" - Los Brazos
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