jueves, 22 de mayo de 2014

Dean Wareham
Dean Wareham (Double Feature/Sonic Cathedral, 2014)
Seguimos reconfortados


Finalizábamos la reseña del debut bajo su propio nombre, el ep Emancipated Hearts, con una de esas sentencias tendentes a la exageración que reconocemos usamos en abundancia: Así que pasen los años que sean, seguiremos viajando y soñando con el bueno de Dean Wareham. Y apenas han pasado unos meses para que podamos hacerla realidad. De hecho, ambos discos se solaparon en su gestación. (...)


Como él mismo apuntaba en la reciente entrevista concedida a la revista Ruta 66, mientras estaba grabando el ep, se puso en contacto Jim James para comenzar a dar forma a un disco que ya tenían apalabrado, con lo que ambos proyectos confluyeron en el tiempo. Y ante esa convivencia mutua cabría preguntarse si hay diferencias reseñables entre uno y otro. Pues sí y no. Wareham tiene una línea de creación que no vamos a decir que se mantenga invariable desde los tiempos de Galaxie 500, pero sí que observa unas constantes que la hacen perfectamente reconocible. Y no solo en sus propias características, sino en la oscura influencia que ha causado desde su aparición en 1988. A veces, uno tiende a pensar si no es el músico más desconocido de los últimos años que ha dejado más restos de su propio hacer en los trabajos de otra gente. Su presencia es incontestable en el indie más cercano al pop, en los nuevos caminos psicodélicos que vuelven sus ojos a los años 60, en toda la imparable recuperación del legado Velvet desde hace treinta años, en la ensoñación y romanticismo lírico… En definitiva, en el pop y el rock de las últimas décadas.

Por lo menos, así lo vemos, o queremos verlo. Así que tal vez la mayor diferencia entre uno y otro trabajo sea la producción. En el primero en manos de Jason Quever, ahora en las del alma de My Morning Jacket Jim James. Que ha sabido incidir en la línea vaporosa de sus canciones, con un delicioso toque entre el barroquismo y la tradición americana, siempre presentes las guitarras y melodías marca Wareham, con sutil presencia de teclados y sintetizadores. Ya desde ese canto al atardecer psicodélico de The dancer desappears, pero más explícito en la soberbia Beat the devil, puro vals pop entre steels, teclados y melancolía arrebatadora. Heartless people y My eyes are blue continúan los mismos caminos, y la literaria (y de precioso título) Love is not a roof against the rain comienza como un simple folk pop para mutar a un barroquismo que la acerca casi a Pink Floyd. Holding pattern y I can only give my all exudan más energía, que de nuevo queda atemperada en la primera parte de Babes in the Woods hasta que explota en psicodélica distorsión. Y la socarronería habitual en Wareham luce en todo su esplendor en Happy & Free, dos estados que todos deseamos y que asegura conseguirse solo for a while.

Será sólo por un ratito, pero seguimos reconfortados.

Suena la corriente: "Beat the devil" - Dean Wareham



3 comentarios:

  1. La contribución de Jim James, my lord of RR, me parece también muy beneficiosa, ya lo destaqué tambien en mi reseña. Para mí es uno de los grandes discos del año por el momento. Me gusta eso de treinta años de recuperación del legado velvetiano, de ensoñación y romanticismo lírico. Mira el correo, ya tienes la sorpresa que te había anticipado, ya me cuentas. Abrazo.

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    1. Ahhh, capullo, lo has conseguido... Ya estoy en ello. Mil Gracias!!!

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  2. Y continúo intentando localizar al amigo que se encargue de los druidas.

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