Cuando terminaron su galopante versión del Party till we die de The Rubinoos tras hora y media de actuación, los italianos Radio Days nos habían dejado a todos los asistentes con algo más que una sonrisa en la cara. Ese deseo irrefrenable de que la fiesta continuara sin fin, como si de un viernes noche se hubiera tratado. Porque el ambiente lo pedía, porque la música lo pedía, porque la mierda de vida de un martes por la noche lo pedía. Y porque el power-pop acelerado y lleno de melodía de la banda es de los que exigen la parafernalia del fin de semana. (...)
No lo era, pero tampoco es que nos/les importara mucho. Su música tiene el frescor y la sinvergonzonería de quien se siente joven y trata de comerse el mundo a golpe de guitarras y estribillos. Bien lo sabemos en Río Rojo, donde no dudamos en elegir su último disco, Get Some Action, en nuestro Top 15 particular del año pasado. Porque es un discazo que además comienza con una tripleta imbatible, la misma con la que comenzaron su concierto. Escuchar así, de entrada, tres canciones como Burning Together, Girl Girl Girl y la que da nombre al disco, puede parecer poco menos que quemar tus naves demasiado rápido. Pero en absoluto lo es cuando posees chalupas de emergencia como otras incluidas en dicho trabajo: un I’ll be your man que lo mismo sabe a The Jam que a Raspberries, la deliciosa Love and fun o esa psicodélicamente arrastrada Everything Floats, con su explosión casi ruidista, dejando literalmente congelados a los músicos durante unos segundos eternos antes del estallido final. Y no olvidaron el resto de su producción, que alcanza el mismo nivel. Tomorrow de su debut Midnight Cemetery Rendezvous, o Sleep it off y la excelente Elizabeth del espléndido C’est La Vie de 2010. Y cómo no, el reciente ep compartido con sus guías espirituales The Rubinoos, con el precioso y melódico punteo de guitarra de Hurts too much, su She’s driving me crazy que versionean aquéllos o la propia Let’s move on, donde se tambalean entre los pilares establecidos por Big Star y Teenage Fanclub.
Power-pop desaforado que, como es habitual, tiene sus cimientos en el más puro y clásico rock’n’roll. Al que sin duda hay que adorar como merece. Por eso, aparte de la versión de Chains de The Cookies que también han grabado como cara b de single, decidieron que la selección de clásicos corriera a cargo de la pura suerte de su llamada ruleta del rock’n’roll. Una serie de nombres en una ruleta de la fortuna que mediado el concierto eligió los de Buddy Holly y The Clash. Y allí que se fueron ellos a por unas fantásticas That’ll be the day y Lost in the supermarket, buscando sus terrenos más propicios del cancionero de los citados. Una ruleta que, presentada al más puro estilo del feriante de pueblo por el batería mientras los demás se entretenían con el Tequila de The Champs, se convirtió en la auténtica protagonista del fin de fiesta.
Porque ya no hubo espacio para la suerte. Porque azuzados por un público que exigía la interpretación completa de dicha ruleta, Dario Persi y su gente se lanzaron a unas arrebatadoras versiones de todo cuanto encontraron: absolutamente brutal su Burning Love de Elvis, espléndida You can’t do that de los Beatles e ignífuga el Suffragette City de Bowie, hasta que comenzó un imparable pogo (un martes!!!) en las primera filas (que hablando del entrañable La Nube, quiere decir toda la sala) a ritmo del Johnny B. Good, los Beat on the brat y I just want to have something to do de los Ramones, los I can’t explain y Little Honda de los Who y los Beach Boys… y la biblia en verso, hasta el descrito final de The Rubinoos.
Algún día, la fiesta siempre fue así.
Suena la corriente: "Let's move on" - Radio Days
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