*Autor: Jaime G. López "Desperdicios"
El viernes, Dani Merino oficiaba en Getxo, junto a los Jeremías Johnson y unos cuantos y notables amigos, una suerte de revisión de sus cuatro trabajos en solitario. Se respiraba el ambiente de las grandes ocasiones unido a cierta sensación de cierre de ciclo o etapa. No lo sabemos con certeza, pero lo intuimos. Cierto es que los tiempos no son los mejores para propuestas de corte intimista y gran calidad musical, pero al final se trata de una carrera de fondo en la que la experiencia y el legado acaban siendo el mayor premio junto al reconocimiento, al menos de aquellos que disfrutamos de la música como algo más que para rellenar los silencios. (...)
El viernes, Dani Merino oficiaba en Getxo, junto a los Jeremías Johnson y unos cuantos y notables amigos, una suerte de revisión de sus cuatro trabajos en solitario. Se respiraba el ambiente de las grandes ocasiones unido a cierta sensación de cierre de ciclo o etapa. No lo sabemos con certeza, pero lo intuimos. Cierto es que los tiempos no son los mejores para propuestas de corte intimista y gran calidad musical, pero al final se trata de una carrera de fondo en la que la experiencia y el legado acaban siendo el mayor premio junto al reconocimiento, al menos de aquellos que disfrutamos de la música como algo más que para rellenar los silencios. (...)