Es empezar a sonar Bright blue day haze y ser plenamente consciente de dónde te estás metiendo. Aunque de seguro Mystic Braves desearían que no lo fuéramos tanto, o que al menos lo hiciéramos con un grado de consciencia distinto, adulterado, la mayor parte de las ocasiones para bien, por diversas sustancias alucinógenas. (...)
Aquí no hay ninguna trampa, ni intento de pasar por tal lo que no es tal. Aquí no hay ocultación o el burdo deseo de poner un pie en algo pretérito para poder enseñar palmito en los nuevos aires de la modernidad. Mystic Braves son cinco jóvenes de Los Angeles metidos de lleno en un túnel del tiempo que les lleva directamente al epicentro de la psicodelia de los años 60 sin mayores pretensiones de reafirmar su sustancia en pleno 2014. Me da, escuchado su debut y ahora su nuevo Desert Island, que van a seguir haciendo lo mismo, vistiendo lo mismo, soñando lo mismo, al menos mientras sus juveniles ansias de emulación no sean corrompidas por supuestas adultas necesidades de reflexión. Ya se valen ellos mismos para alcanzar grados paralelos del conocimiento.
Así, lo que vas a encontrar es un inmaculado festival de twang, de reverb, de farfisa, de pura costa oeste soleada, de garage psicodélico, de melodías pop, de injertos fundacionales del r&b británico, de inmolación espacio/temporal. Y lo que les debe hacer engarzar con la época biológica en la que viven son las canciones. Y éstas son terriblemente válidas en sí mismas, con melodías, ambientes y espíritus (estamos hablando de sensacones inaprensibles) que te depositan de un plumazo en el centro de su ruleta giratoria. There’s a pain cabalga sobre una saltarina y deliciosa línea de bajo, Coyote Blood tiene la raíz del ritmo y del blues, Desert Island la esencia del sixties pop, Born without a heart la urgencia del garage tal y como se reconstruyó en los 80, y todo con aires Byrds por aquí, sueños alucinógenos propios de The Seeds por allá y la insomne sensación de ingravidez de las teclas de Manzarek en The Doors. Guiños claros a cientos de canciones británicas en In the past y homenajes casi explícitos a The Animals en el inicio de I want you back. Pero en esta misma o en Valley rat introducen igualmente su amor por los vientos fronterizos, por las cabalgadas instrumentales que acercaban las playas, desiertos y fronteras californianas.
Siempre será discutible su validez actual. Pero señores, resultan mucho más excitantes y adrenalínicos que otras modernidades que tratan de regurgitar el pasado.
Al menos lo hacen sin trampas.
*Compra el disco desde el Bandcamp de Mystic Braves
Suena la corriente: "Born without a heart" - Mystic Braves
Como recuerdan a gente de los 90 como Optic Nerve y similares Excelentes
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