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miércoles, 4 de junio de 2014

The Boo Devils
Mala Suerte (TBD Records, 2014)
In rock'n'roll veritas


El rock’n’roll tiene tantas caras como las que hayan podido ir creándose a lo largo de sus varias decenas de años de vida. Y más allá de las mayores o menores afinidades que uno pueda sentir hacia ellas, está claro que la mayoría bebemos de las mismas fuentes. El corsé estilístico es una opción que cada uno debe amoldar según posibilidades y querencias personales, pero todo queda explosionado cuando de lo que hablamos es de la totalidad de una música. (...)


Aceptamos que los madrileños The Boo Devils queden incluidos en la estela de las bandas a caballo del rock con alma en la década de los 50 y de las huestes del rockabilly. Pero flaco favor les haríamos con dejarlo sólo en eso. Porque lo que demuestran en su nuevo Mala Suerte, nacido como tantos otros al calor del micromecenazgo compartido con la gente que les quiere, es que lo suyo es simplemente Rock’n’Roll. Nada más, y nada menos para los que lo entendemos desde el punto de vista del enfermo. Amplio de miras, fresco, directo, corrosivo, gutural, rock’n’roll en toda su amplitud.

Ya lo apuntaban en aquel debut explícitamente llamado Act One, que pudimos disfrutar en lustroso vinilo de 10”. Allí, entre puros impactos de los 50 como la motorizada Burnin’ down o el inmenso himno beodo Get drunk, uno viajaba al surf instrumental de Go-Go Girl!, al delicioso country-pop de Devil waits at home o a los aires vodevilescos de Vaudeville love.

Todos estos apuntes quedan superados en Mala Suerte. Un pequeño cambio en la formación, el contrabajo de Hugo Babyface ha sido sustituido por el de Magic Manoo, mantiene al resto al frente de la hermandad diabólica, con Viki Larookie a la batería, Diego The Kid y Joe Gabardo a las guitarras acompañando a éstas la voz de Al Navarro, y estos dos últimos al frente de todas las composiciones.

Y como no podía ser de otra manera, tienes la lunática The first in line, el oscuro rock Who killed Gina?, los góticos psychobilly de Halloween Night o Inferno, el sincopado ritmo trotón de The Messenger o ese trago a borbotones en Carl Perkins que es Buzzin’ Bop. Puro 50’s sound, entre la ortodoxia de los pioneros y el derrumbe espiritual de gente como The Cramps, con los Stray Cats entre los dos ojos. Pero a su vez, y no como contrapunto, pues quedan perfectamente engarzadas en toda la obra, canciones como esa apertura con Black & White Life, con esa emoción deudora de los mismos The Clash y convertida en uno de los puntos álgidos del disco, el crepuscular country-folk de Dark country, el ambiente fronterizo y desértico de The ballad of the cheaters, la preciosa ranchera de despedida a ritmo de vals de Corazón Loco, cuya letra en inglés, castellano, alemán y francés le da el preceptivo aire decadente europeo, y un Hungry Love, que nacido de ritmos latinos, deviene en un impepinable garage-rock como si los Boo Devils estuvieran en pleno trance de psicodelia 60’s recogiendo la estela de Them. Vamos, propia de un Nuggets con todas las de la ley.

Estilos abiertos? Sí, y corazón de rock’n’roll sin etiquetas.
Así que en nada sorprende que este viernes 6 de junio estén teloneando en Madrid a otro outlaw de los de corazón duro pero sensible, Bob Wayne y sus Outlaw Carnies. Noche de sudor se anticipa.
*Compra el disco a través de la web de The Boo Devils
Suena la corriente: "Black & White Life" - The Boo Devils


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