*Autor: Jaime G. López "Desperdicios"
Desde la portada de su nuevo trabajo, Jerry Lee nos mira entre orgulloso y desafiante, con el emblemático edificio del 706 de Union Avenue de Memphis a sus espaldas. El mismo que albergaba los estudios de Sam Phillips y en el que iniciarían su carrera, entre otros, Elvis Presley, Johnny Cash, Carl Perkins o Roy Orbison, además del propio Lewis.(...)
Quizás por ello, o por el título del tema con el que abre el disco, o por las versiones de Chuck Berry que incluye, nos hemos encontrado con más de una crítica tempranera y despistada que habla de un disco de rock & roll del veterano pianista, cuando en realidad nos encontramos con una obra esculpida en los sones del country, hecho a la manera del viejo Jerry Lee, pero country al fin y al cabo.
Desde la portada de su nuevo trabajo, Jerry Lee nos mira entre orgulloso y desafiante, con el emblemático edificio del 706 de Union Avenue de Memphis a sus espaldas. El mismo que albergaba los estudios de Sam Phillips y en el que iniciarían su carrera, entre otros, Elvis Presley, Johnny Cash, Carl Perkins o Roy Orbison, además del propio Lewis.(...)
Quizás por ello, o por el título del tema con el que abre el disco, o por las versiones de Chuck Berry que incluye, nos hemos encontrado con más de una crítica tempranera y despistada que habla de un disco de rock & roll del veterano pianista, cuando en realidad nos encontramos con una obra esculpida en los sones del country, hecho a la manera del viejo Jerry Lee, pero country al fin y al cabo.
Y como prueba de ello abre con Rock & Roll Time, un tema que lejos de contener flamígeros pianos es un reflexivo tema de uno de sus más cercanos amigos, Kris Kristofferson, escrito junto a Bobby Neuwirth y Roger McGuinn para su disco Spooky Lady's Sideshow, que parece haber sido cortada a medida para que el Killer la cante en esta brillante senectud que le ha tocado disfrutar en sus últimos trabajos: ¿Dime si te parezco un perdedor? / ¿Me interpongo en tu camino? / ¿Acaso soy una amenaza para ese futuro / que planeaste ayer? / Verás, yo peleo por mi libertad / A algunos les parecerá un crimen / entonces soy culpable / de vivir una vida de rock & roll.
Y si quedaba alguna duda sobre el estilo imperante para este trabajo, Little Queenie suena en clave vaquera, a pesar de contar con los Stones Richards y Wood a las guitarras. Limadas las aristas con guitarras y riffs más propios del country que del abuelo Berry, Jerry borda su interpretación y no es de extrañar, ya que el tema es uno de sus estándares de directo desde los años 60, interpretado tantas veces como sus propios éxitos iniciáticos en la Sun.
Stepchild un inédito que Dylan cedió al gran Solomon Burke para su Don't Give Up on Me, suena aquí parecido a la versión de aquel. Un blues de tres compases tocado con tempo de Honky Tonk, coristas con dejes soul, aunque, obvio, el asesino incluye un notable solo de piano al que seguirá más tarde un gran solo de guitarra a cargo de Doyle Bramhall II a quien el mismo Jerry Lee da la entrada con un play the guitar son. En la misma onda de country-blues se mueve Blues Like Midnight, en un registro que al viejo maestro le sienta como anillo al dedo.
Folsom Prison Blues, de su viejo compañero en la factoría de Sam Philips, suena tan certera como si el propio Cash la hubiera regrabado en sus American Recordings. Ese timbre de voz lleno de veteranía y vivencias parece el más apropiado para contar la historia que la cancion de Cash narraba, ya no es un joven sino un veterano taleguero el que implora por salir de las paredes de Folsom. Las guitarras del Band Robbie Robertson y del E Street Nils Lofgren se cruzan imitando el ritmo del tren y reproduciendo los icónicos solos de Luther Perkins, el piano queda apartado a su favor. Y entonces surge la magia en uno de esos trucos del de Louisiana en forma de transformacion de la canción para personalizarla y darle el toque autoreverencial all them women keep on torturing with the Rock & Roll of Jerry Lee.
Keep in my Mind es una de esas baladas Honky Tonk que recuerda a las grabaciones de Jerry Lee para Mercury cuando pasada la fiebre del rock & roll volvió su mirada al country, la firma su colaborador durante años Mack Vickery en uno de los pocos inéditos de este trabajo.
Sorprende la elección de un tema de los sureños Lynyrd Skynyrd, Mississippi Kid, tocada con un tempo más constreñido para permitir las progresiones de Jerry Lee sobre los teclados. Aunque si lo pensamos quizás no debería sorprendernos tanto, ambos, banda y pianista, son el ejemplo de lo mas cazurro, en visión simpática, de lo que representa el Sur de EEUU y las juergas de unos y otros rivalizan en leyenda.
Here Comes That Rainbow Again marca el único dueto propiamente del disco, en este caso junto a la cantante Shelby Lynne. Y lo cierto esto es algo que a nosotros no nos parece ni especialmente positivo ni negativo. Es decir, que entendemos la participación de esos artistas que en los dos trabajos anteriores rendían pleitesía al viejo maestro, en general acertadas revisiones donde la parte musical se cuida en detalle por encima de la presencia de la estrella de turno. Sea como fuere, para este trabajo las estrellas solo intervienen fuera de micrófono dejando todo el protagonismo al viejo cascarrabias.
Eso sí, perro viejo cierra el disco arriba con el número más movido en todo el trabajo, una versión con el tempo original de otra joya de Chuck Berry, Promised Land, donde piano y la guitarra de Doyle Bramhall II se cruzan a la vez que éste le apoya en las labores vocales. Umm, una buena salida pero que no consigue igualar nuestra preferida, la que grabó su amigo / rival Elvis allá por los 70's.
En suma, un nuevo disco de country del Killer más en la senda de Mean Old Man (2010) que del primer disco de esta trilogía de recuperación que supuso Last Man Standing (2006), en el que a pesar de las sonoridades siempre más cercanas a Nashville que a Chicago o Nueva Orleans, se colaban el suficiente número de rockanrolles como para equilibrar la balanza. Aquí la balanza se queda anclada en la mano izquierda, esa que aprendió las baladas de Hank Williams, mientras que la derecha, la que aprendió en los viejos juke joints negros cómo se toca el Boogie Woogie, se desliza ahora más lenta al igual que esa voz que muestra todas las arrugas que la cara y el pelo del presumido Lewis no quiere mostrar. Nos preguntamos si, como narraba Sabino Méndez en su Limusinas y Estrellas, el casi octogenario Jerry Lee sigue guardando un peine en el bolsillo trasero de su pantalón para alisarlo antes de salir ante el público o ante la presencia de cualquier dama. Mientras esperamos ansiosos hincarle el diente a su biografía, sabemos de antemano que la misma no podrá recoger ni una cuarta parte del anecdotario ni las frases célebres que ha pronunciado este titán, y es que antes de que la primera estrella de los 60 perdiese el control y protagonizara un acto de vandalismo, Jerry Lee ya había estado allí. Televisores volantes, relaciones con menores, coches empotrados, instrumentos en llamas sobre el escenario, peleas en tugurios porque un paleto se queja de lo que sale de la gramola (cuando es tu canción) y cualquier cosa que se os ocurra, sin mencionar las barbaridades que han salido de su boca. En fin, nos quedaremos con ese viejo dicho que dice que en la música norteamericana solo han existido cuatro grandes estilistas, Al Johnson, Jimmie Rodgers, Hank Williams y Jerry Lee... han adivinado, el propio Jerry Lee es el que puso en circulación esta sentencia.
Suena la corriente: "Rock & Roll Time" - Jerry Lee Lewis
Suena la corriente: "Rock & Roll Time" - Jerry Lee Lewis
Un gran disco country de Jerry si es eso. no llega a la altura de su vuelta con Andy paly de productor pero esta bien
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