Seguramente es parte del juego. Unos se afanan en adaptar su música a sus propios intereses personales y la música de otros a su particular manera de entenderla, rumiarla, sentirla, interiorizarla. Ya lo dijeron Educados, esto es un concierto único, y eso significa que esta noche y nunca más. Ya se verá, porque alguna de las canciones de Pretenders a las que se enfrentaron encajaban como guante en su propuesta y en mucho la abrillantarían si se mantuvieran como parte de ella, al menos temporalmente. (...)
Pero esa parte del juego de los músicos es la sincera, la disfrutable, la emocional. Luego parece que estamos quienes analizamos y buscamos los pies a un gato que solo tiene cuatro. Los que parece que creemos que cuatro amigos no pueden enfrentarse a un repertorio basado en Pretenders sin otra consideración que nueve canciones elegidas según sus propios gustos, aunque no coincidan con lo de comercial, conocido, querido o gozado tuvieran para la mayoría la banda de Chrissie Hynde. Y el caso es que una vez más, como ya hemos dejado constancia en estas aguas, Educados demostraron ser listos, o tener las cosas claras, o tener muy asumido su papel musical propio.
Ellos siguen paseando sus composiciones propias por entre los callejones capaces de formar a partir de un pop identificable. De ahí en adelante viajan por la dureza de Porno-pop, con una melodía pop y un ambiente hostil cercano al momento en el que el hardcore se acorta a hard, por el pop casi de corte progresivo de Suicidio Vital. Durante la interpretación de Maldita, uno fue consciente de que posiblemente nunca habían sonado tan limpios, y en su caso, un punto de suciedad es necesario, y ellos la fueron alcanzando a medida que avanzaba el set, con el oscurantismo after-punk de Fase-Rem y todo el tamiz funk que embriaga toda su propuesta.
Y esa misma pulsión funk atemperó las urgencias de Chrissie Hynde en más de una ocasión. Y si Pretenders y su diva hicieron el camino inverso a muchos, dejando los USA para asentar guitarras en la floreciente Inglaterra del cambio de década 70-80, Educados parecen revertir ese camino, elegir la musculación más neoyorquina de la banda, y transmutar a esos Pretenders de oscuro club de baile en unos Talking Heads con la potencia en ritmo y vena, a partir de unas guitarras que, en su caso, tanto tienen que ver con Enrique Sierra. Vale, esas son las disquisiciones a las que llegamos como parte del juego apuntado, y resulta esclarecedor que incluso las dos canciones más reconocibles que sonaron, Don’t get me wrong y Precious, mantengan estas premisas, además de pequeñas intro repartidas a lo largo de todo el concierto, que hacían intuir Brass in pocket, Message of love o The wait como contraste a lo elegido. Un comienzo con algo tan poco obvio como Hollywood Perfume, How much did you get for your soul?, The Phone Call y I’m a mother solo puede llevarles adonde ellos quieren. El funk-pop se apodera de cada nota, los juegos de guitarra pasean urgentes, y los Pretenders más juguetones, los que saltan entre Fools must die o Lie to me, reviven el mencionado camino americano.
Vale, puede ser un juego marcado por quien escribe. Pero, pensado o no por quien lo ejecutó, obliga a la sincera felicitación. Y siguen demostrando ser bastante más que Educados.
Suena la corriente: "Esquizofrenia" - Educados
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