Dice como quien no quiere la cosa el bueno de Robyn Hitchcock: 'sigo volviendo a los Beatles. Me ofrecen algo a lo que aspirar, y en lo que fracasar estrepitosamente'. Y uno no deja de dar vueltas a esta frase, o mejor dicho, es ella la que se aposenta ancha y repantingada, mirando de soslayo cualquier intento que uno haga de poner en orden pensamientos, ideas o simples opiniones, y plasmarlos por escrito. Somos lo que somos, aunque miremos a un modelo, a un maestro, con la humildad de quien ni siquiera debería hacerlo. (...)
Dos cosas comentaba Ignacio Juliá en la entrevista que le hacíamos en Río Rojo hace unos meses con motivo de la publicación de su anterior libro, y que traemos ahora a colación. Por un lado, defendía su figura como cronista cultural, 'no sólo escribo de rock, también de cine, de libros...' Y por otro lado, comentando textos escritos a raíz de la muerte de Lou Reed, afirmaba que 'a mi edad, la nostalgia no sólo no me interesa, resultaría paralizante'.
La nostalgia, esa pena melancólica de ver ausentes recuerdos, tiempos pasados, ideas soñadas, compañeros… Una pena castrante que no deja de llevar a un callejón en el que poca salida encontraremos. Es Kevin Rowland quien deja en las manos de Juliá el título, 'la nostalgia ya no es lo que era, tío', como podía haberlo hecho una Simone Signoret que titulaba así sus memorias. El recuerdo está ahí, pero debe ser traspasado a este presente, que permite analizarlo, esbozarlo, reflexionarlo, entenderlo bajo otros prismas, otros ojos, otros anhelos. Y a ello se lanza Ignacio Juliá en esta recopilación de textos escritos durante los últimos quince años en diferentes medios, Ruta 66, Rock de Lux, El País, La Vanguardia, hojas promocionales… Artículos que de alguna manera entretejen una línea vital de su autor, dividida en estaciones, primavera, verano, otoño, sin presencia del invierno, que uno no deja de imaginar entrando al galope mientras Juliá reflexiona sobre lo que debe ser sentir la tercera edad en Todos me preguntan quién fui. Un libro cuya primera frase es 'He cumplido cincuenta años' (escrita ya hace unos cuantos), que tiene muy presente ese transcurso del tiempo sin el almíbar con el que suele teñirlo la nostalgia, con la capacidad sintética pero emocionalmente transigente con quien se implica en lo que escribe por saberlo y amarlo, por conocerlo y odiarlo.
El propio Ignacio Juliá cambió el sentido de los libros repositorios de crónicas en aquel pretérito Pulp-rock. Ahora vuelve a convertir otras crónicas en canciones, revisándolas, rehaciéndolas, refundiéndolas, una remasterización de una obra que tiene a flor de piel su grandeza porque nace de emociones profundas. Los grupos, los cantantes, los discos, los libros, las películas, las opiniones, los hechos sociales, todo es susceptible de análisis con el rigor de quien parece formar parte de ello tanto por conocimiento como por implicación. Y así uno se encuentra en una espiral de sensaciones que van creciendo hasta desembocar en los artículos finales (no, no están presentados de manera cronológica, unos llevan a otros), en esa visión grotesca, vía los ojos de Smiley, de la actual Europa, 'en absoluto más acogedora que la de la Guerra Fría', en esa percepción de la decadencia física y social, en esa visión crepuscular de la profesión del crítico de rock en plena época virtual en el descarnado Se acabó el chollo. 'Y se acabó; y no hay más'.
Y quien esto escribe reconoce esconder su incompetencia, acrecentada tras estas horas de regocijante lectura, olvidando la crítica racional, abrazando la membranza con forma de huida hacia adelante. Pero huida disfrutable.
Ahí acabaría todo si no fuera porque, a modo de epílogo sentimental, incluye la que fue su despedida de Lou Reed. Que aunque presentada como definitiva, como las últimas letras dedicadas al tema, sabemos, o esperamos, o deseamos, que no sea más que el prólogo de otra historia que aún está por llegar.
Venga, Ignacio, nos lo debes (o eso queremos creer).
*Compra el libro en tu dealer habitual o a través de la web de Ignacio JuliáSuena la corriente: "Nowhere is Home" - Dexys
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