
Cada ciudad, barrio, calle, club, escenario, tiene sus propios mitos. Una frase como otra cualquiera, con su parte de razón y la exageración invalidante habitual. La utilizábamos en el Río cuando rendíamos nuestro inmensamente pequeño homenaje a Josetxo Anitua cuando se iba en 2008. De la misma manera que podíamos haberla utilizado cuando hacíamos lo propio con Josetxo Bicho cinco años después. (...)