Es el disco de debut un trabajo que puede tener muchas aristas. Desde la inocente y aún balbuceante salida a probar la sierra de la fortuna hasta la plasmación de unas canciones ya rodadas en directo y que sirven para asentar lo prometido. Pero es habitual, en cualquier caso, que el debut se produzca a temprana edad, cuando quedan posibilidades de futuras carreras. (...)
Ay, pero cómo nos gustan las salidas del camino marcado. Como la de David Corley. A ver, Available Light es su disco de debut, su único y esplendoroso trabajo, una sucesión de temas arrastrados, en ocasiones más recitados que cantados, con la displicencia que da el ver las cosas desde una esquina, pero llevar haciéndolo desde hace mucho tiempo. Porque este caballero de Indiana tiene 53 años, y uno no deja de pensar cómo hubiera sido si hubiera desarrollado una carrera al uso. Porque empezar, lo hizo pronto, acariciando las teclas de un piano desde temprana edad, pero huyendo de las aburridas y rutinarias clases a las que en un principio le había empujado su madre y refugiándose en autoenseñanza en la propia granja familiar. Hasta que la vida exigió pernada, y pasó por conductor de camiones, por trabajos sin ton ni son, por garitos de muerte sentado frente a un piano desgranando canciones de almas sucias, por huidas y encuentros con la realidad, por reclusiones en las montañas, por Nueva York y California, por Connecticut y Georgia… hasta que el corazón dijo basta. Y vino la cirugía, la reflexión, cierto asentamiento, tomar conciencia de que casi una vida a cuestas había dado para tener un cuerpo de canciones más que destacables, que merecían ser rumiadas, soñadas, sufridas, vividas, aunque sea por quienes no han movido culo desde una eterna habitación.
Available Light es asombroso por lo que de oculto saca a la luz. Producido por el canadiense Chris Brown, con carrera propia y colaborador de entes como Ani DiFranco, Barenaked Ladies o Crash Test Dummies, sacado adelante vía crowdfunding, es capaz de embriagarte con los propios aromas a alcohol que parecen desprender unas canciones nacidas para ser cantadas en un bar, temblorosas, rugosas, suaves y a la vez con el poder de la lija, con unas letras que aceptan el error con la distancia de la experiencia ya vivida (I hopped up into my truck / but I headed to the wrong bar) y la asunción del precio pagado (It’s the end of my run / and the damage is done). Una música que fluctúa entre el rock de raíz americana, el blues, gotas de soul carnoso conocedor de amores y desamores, los horizontes eternos del country y las guitarras cortantes. Y una voz que permite a David Corley pasear por pasajes que hubieran hecho las delicias de Leonard Cohen, del Tom Waits crepuscular, de cuanta voz que tuviera en la gravedad la arruga del Captain Beefheart y las brasas del bluesmen. Y si Available Light remite al humor de Tom Petty, Unspoken Thing parece creada para la voz y el recitado de Van Morrison, Easy Mistake lleva en sí mismo esa respiración que se puede escuchar, como en la ajada voz por la desdicha de Sam Baker, y Dog tales es puro canto a Lou Reed, a la historia contada y vivida y a las guitarras del neoyorquino, entre el tajo cortante y ese casi guiño oculto al Wild Thing de The Troggs.
Pero frente a lo que estamos es un disco que asombra que pueda ser un debut. Y aunque una primera reacción sería entristecernos por lo perdido, habrá que aceptar que las cosas nacen cuando deben hacerlo.
*Compra el disco a tu dealer habitual o a través de David CorleySuena la corriente: "Dog Tales" - David Corley
Bufff! Emocionante de verdad! La reseña y por supuesto el discazo !!
ResponderEliminarSí, es un disco de esos que llega y se queda, una joya oscura de las que hacen que esto merezca la pena. Me alegra compartir emoción. Saludos
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