viernes, 22 de mayo de 2015

Father John Misty
I love you, Honeybear (Sub Pop / Bella Union, 2015)
Duelo entre espejos


Continuemos aquel viaje emprendido por J.Tillman hace unos cuantos años, tras dejar Fleet Foxes, que le llevó a lomos de una depresión hacia el sur de California, bien atiborrado de hongos y con la maleta llena del espíritu burlón, incisivo e irónico que se escondía tras la máscara de un alter-ego, Father John Misty. Han pasado más de dos años y la lucha de espejos ha hecho de las suyas, como era de esperar.(...)


Tendremos que suponer que J. Tillman ha madurado (bueno, joder, tiene 34 años, se le debería suponer, al menos), o que simplemente ha superado los momentos en los que nació su desdoblada y cínica alterpersonalidad. Tanto, que hasta se ha enamorado y se ha casado. Así, Emma, su mujer, sobrevuela por todo el disco o directamente aparece como elemento central de más de una canción directa. Desde esa introductoria I love you, Honeybear, donde pareciera presentárnosla para que entendamos la nueva situación vital por la que atraviesa. Cómo no ver un trasunto de los inicios de una relación sexual en el precioso pop de tonalidades folk que es Chateau Lobby #4 (In C for two virgins) o toda una declaración de amor en el soul acaramelado que abrillanta When you’re smiling and astride me o el primer encuentro visual en un parking en I went to the store one day.

Y cómo queda en toda esta historia el Father John Misty? Pareciera que ese cara a cara frente al espejo que tan buenos resultados ofreciera en la escapada mental de Fear Fun se convierte ahora en una especie de enfrentamiento abierto. Josh Tillman está enamorado, pero él mismo dotó de raíz crápula, de aspiración expansiva y huidiza cada movimiento del Father. Y éste no deja de lanzar dardos arrogantes en ese puro aroma a pop californiano de The night Josh Tillman came to our apt. o de declarar los temores y arrebatos ante el cambio vital que supone el contrato nupcial en ese miedo hecho melodía de Holy Shit. Incluso su personalidad burlona deslumbra en todo su esplendor en un Bored in the USA que enlaza la crítica existencial del nacido de Sprinsgteen con la rutinaria del aburrido actual, o critica la ausencia de comunicación facial y real frente al virtualismo de los múltiples aparatos electrónicos en True Affection.

Por cierto, una True Affection que tiene el dudoso honor de ser el momento más flojo del disco, un pastiche electrónico que no cuadra con el resto por mucho que Tillman se escude en su necesidad de frialdad ante el tema tratado. Porque ese resto, como una muestra más del momento emocional del artista, ha dejado de lado, al menos en parte, los aromas a country-rock o los guiños de psicodelia pop para abrazar su nuevo estado de crooner, entre el folk y el pop, entre melodías y armonías que le acercan esta vez más a un Randy Newman que a un Gram Parsons

Pero siempre con la chispa de emoción que uno puede sentir en el enfrentamiento psicótico entre ambos, entre la caricia romántica y el cinismo vital que empapan las canciones.

Suena la corriente: "Bored in the USA" - Father John Misty



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