*Autor: Jaime G. López "Desperdicios"
Un grupo de la talla de Flamin' Groovies siempre lo va a tener complicado para contentar a sus más acérrimos seguidores pasados tantos años de sus más gloriosas faenas. Da vértigo sacar las cuentas que nos llevan a esos seis trabajos prodigiosos facturados entre Supersnazz y Jumpin' in the night. (...)
Se trata además de uno de esos casos en los que su calidad es inversamente proporcional a la falta de éxito cosechada, lo que suele hacerles más legendarios a la vista del aficionado más sensible a los malditos. Y si encima es tarea habitual jugar al despiste con formaciones fantasmas (con Jordan solo al frente) o cancelaciones como la que debería haberles llevado recientemente al Antzoki bilbaíno, pues la predisposición no es la mejor y suele reinar la desconfianza. Pero por fin con la banda al completo, la formada por los miembros originales Cyril Jordan (guitarra solista y voz), George Alexander (bajo) y el sustituto de Roy Loney en su legendaria segunda formación, Chris Wilson (voz y guitarra rítmica), mas Víctor Peñalosa a la batería, se presentaron en Andoain para recrear su legendario repertorio... bueno, en parte.
Un grupo de la talla de Flamin' Groovies siempre lo va a tener complicado para contentar a sus más acérrimos seguidores pasados tantos años de sus más gloriosas faenas. Da vértigo sacar las cuentas que nos llevan a esos seis trabajos prodigiosos facturados entre Supersnazz y Jumpin' in the night. (...)
Se trata además de uno de esos casos en los que su calidad es inversamente proporcional a la falta de éxito cosechada, lo que suele hacerles más legendarios a la vista del aficionado más sensible a los malditos. Y si encima es tarea habitual jugar al despiste con formaciones fantasmas (con Jordan solo al frente) o cancelaciones como la que debería haberles llevado recientemente al Antzoki bilbaíno, pues la predisposición no es la mejor y suele reinar la desconfianza. Pero por fin con la banda al completo, la formada por los miembros originales Cyril Jordan (guitarra solista y voz), George Alexander (bajo) y el sustituto de Roy Loney en su legendaria segunda formación, Chris Wilson (voz y guitarra rítmica), mas Víctor Peñalosa a la batería, se presentaron en Andoain para recrear su legendario repertorio... bueno, en parte.
En el lado positivo de la balanza habría que destacar que se presentaban engrasados en una gira que les ha llevado ya por Estados Unidos, el siempre lucrativo mercado nipón y que ahora les trae a Europa. En segundo lugar, habría que destacar que allí donde suelen descarrilar este tipo de encuentros, que suele ser por la base rítmica y especialmente la batería, donde los años no suelen jugar a favor de los ejecutantes, aquí se resolvió con nota. El miembro más joven, Víctor Peñalosa, dirigió la nave con poderoso timón junto a George Alexander con una participación excepcional, dotando a la actuación de ritmo y potencia, cubriendo los huecos que otras deficiencias pudieran causar. Jordan estuvo muy fino en la ejecución de sus solos, reconocibles y ejecutados con precisión.
En lado negativo, más allá del deterioro del propio Jordan o de las facultades vocales de Wilson, aceptables aunque limitadas, a nuestro parecer fue el error de principiantes de las interrupciones entre temas para afinaciones varias y que Jordan preparara su ampli para el siguiente numero. Enfriando el desarrollo del concierto que podría haber fluido mucho más ágil sin estas interrupciones entre tema y tema.
Y por último está el peliagudo tema del repertorio. Para quien esto suscribe fue altamente disfrutado desde el inicio con la perla Byrds de Feel a Whole Lot Better, con Wilson y Jordan recreando las bellas armonías de Clark y cía, hasta el Shake Some Action previo al bis. Un tema entre un millón que fue capaz de llevar al cielo a la parroquia que alegremente ocupaba la plaza 
del pueblo en una mezcla de locales y rockeros venidos mas allá de las brumosas montañas de Andoain. Cierto, entre medio cayeron muchas versiones (Tallahasee Lassie, St Louis Blues, She Said Yeah) pero es que todas ellas se encuentran en sus discos junto a los originales, donde no faltaron sus legendarias Teenage Head, en cuya composición Jordan reconoció ecos de los riffs de Zeppelin, Between The Lines o la pantanosa Slow Death. Todas ellas ejecutadas con pasión, con precisión en los arreglos y, como decíamos, con la base rítmica imponiendo la energía necesaria para que esos trallazos de power pop y rock and roll sonaran engrasados.
del pueblo en una mezcla de locales y rockeros venidos mas allá de las brumosas montañas de Andoain. Cierto, entre medio cayeron muchas versiones (Tallahasee Lassie, St Louis Blues, She Said Yeah) pero es que todas ellas se encuentran en sus discos junto a los originales, donde no faltaron sus legendarias Teenage Head, en cuya composición Jordan reconoció ecos de los riffs de Zeppelin, Between The Lines o la pantanosa Slow Death. Todas ellas ejecutadas con pasión, con precisión en los arreglos y, como decíamos, con la base rítmica imponiendo la energía necesaria para que esos trallazos de power pop y rock and roll sonaran engrasados.
Tras más de una hora y con dos bises, el último impuesto por Jordan tras el barullo habitual que se traían en las presentaciones el propio Jordan, Wilson y Alexander, se despidieron con un festivo Jumpin Jack Flash que terminó de elevar la ceja de los más puristas.
En lo que a nosotros respecta, los Groovies dieron un gran concierto, disfrutaron sobre el escenario y nosotros también lo hicimos tras caer en Andoain en la prórroga y por penaltis. Mereció la pena presenciar el espectáculo de esa banda de San Francisco que pudo reinar pero optó por no hacerlo. Ya se sabe, como dijo el poeta no hay mayor éxito que el fracaso, y el fracaso no es ningún éxito.
Suena la corriente: "Shake some action" - Flamin' Groovies
Me ha gustado mucho la crónica. Después de tanto tiempo es difícil contentar a todos pero los Groovies son los Groovies. Salud.
ResponderEliminar"Desperdicios" se ha salido hoy con ese final, "la banda que pudo reinar pero optó por no hacerlo"!!!!
Eliminar