Cuando comienza i)Alone dando pie a la parte conceptual del tercer disco de Mikal Cronin, y lo hace de manera orquestal, casi como una sintonía televisiva dando entrada a un nuevo capítulo de vaya usted a saber qué saga, uno es capaz de esperar lo peor. Ya venía la mosca tras la oreja al saber que el disco estaba dividido en dos partes. (...)
Y eso? Si estás dispuesto a lanzarte a algo conceptual, con especial incidencia en el asunto del paso del tiempo y abandono de la adolescencia, dejarlo sólo para una de las caras del disco puede significar dos cosas. Por un lado, dar la imagen de no tener argumentario como para completar todo un disco. Bueno, al no querer dejarlo escapar, decide uno completarlo con canciones al uso. Pero por otro lado, puede dar una imagen externa de falta de homogeneidad, de pequeño frankenstein musical sin mucha unión interior. Pues sí, pero Cronin empieza a demostrar, como si no lo hubiera hecho ya, que su presencia en el mundo musical que se mueve por los ángulos ariscos de California tiene enjundia. Y sale bien parado del intento.
No seguramente alcanzado la cota de su anterior rodaja, pero tampoco vayamos a estar en modo comparativo continuo. Avanza ese i)Alone con su prólogo orquestal para fundirse en un letanía de corte melancólico hasta que el tercer tercio comienza a revolverse con la distorsión marca de la casa arrastrada sobre sus habituales melodías. Ah, bueno, poco habremos de objetar entonces. Y más cuando el resto de cortes del alma espiritual del disco es sobradamente contundente. Desde la ignífuga mecha de ii)Gold y su arrebatador estribillo marca de la casa, hasta esa gozosa aventura cabalgando a lomos del recuerdo de todo cuanto ha sido gloria bendita en el power-pop nacido de las cenizas de The Byrds que es iii)Control, toda una belleza. Incluso en piezas más oclusivas, de carácter más íntimo, como v)Different, uno encuentra agarradero. De hecho, al final, la fuerza de esta segunda parte (porque aunque la estemos valorando de inicio, ocupa un segundo lugar) es más sucia y directa que la primera. Que no está nada mal.
Es el Cronin de las grandes melodías, de los caramelos capaces de dejar todo un regusto dulce en la boca, ya sea con gotas de puro pop, burbujas de grasa de garage e incluso carmín de vestido de glam. Es el muro de sonido que consigue él mismo haciéndose cargo de todos los instrumentos, y que amplifica con unos aquí fundamentales arreglos de cuerda y viento. Mikal Cronin avanza en su especial cruzada hacia la melodía perfecta, la canción de ribetes orquestales que pueda tener abrevadero en los manantiales del pop, y enganches como Made my mind up ayudan. Y mucho.
Suena la corriente: "Made my mind up" - Mikal Cronin
Suena la corriente: "Made my mind up" - Mikal Cronin
Me gusta mucho este disco, no conozco sus anteriores trabajos no sé si mantiene la misma línea, lo que sí es cierto como dices es que la parte "conceptual" engancha desde la primera nota. Bueno y bonito.
ResponderEliminarUn abrazo.
Pues dales una escucha a los primeros, especialmente el anterior MCII. No te arrepentirás!
EliminarSaludos
Sin duda es un artista que está creciendo muy bien. Caminamos por la misma senda. Abrazo.
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