Despedía ayer el vasco-francés Tommy Lorente la gira acústica que, además de varias fechas en el Reino Unido y Suecia, le ha traído hasta Madrid, donde ejerció de telonero ante la presentación del nuevo disco de Mamá, Burgos y Bilbao. Y se encontraba tan a gusto el de Biarritz, que disfrutó como el que más ofreciendo un set que superó en dos canciones las dos docenas, vamos, un compendio de temas propios y gustos ajenos que hablaba mucho mejor sobre él que cualquier cosa que podamos escribir. (...)
Ya queda todo bastante claro desde los primeros acordes que abren Un cruel manque de tendresse, el disco que ahora se distribuye aquí vía Rock Indiana. Esos riffs de guitarra con los que comienza la canción Ma dose de toi son algo más que un guiño, algo más que un explícito homenaje al (What’s so funny ‘bout) Peace, Love and Understanding. El aura de Nick Lowe lo inunda todo, ese amor por las melodías 
pop que gente como él o Costello volvieron a poner sobre el tapete musical cuando parecían estar siendo desterradas. Pero ese continuo pensar en Lowe quedó claro en el set, cuando ya desbocado a rendir sus amores y los nuestros, supo pasear entre un Cruel to be kind presentado con un simple ahh, los clásicos o un I live on a battlefiled que extendía los tentáculos hacia ese cierto aire de country trotón y hacia dominios que también pisara con Lowe el gran Paul Carrack.
pop que gente como él o Costello volvieron a poner sobre el tapete musical cuando parecían estar siendo desterradas. Pero ese continuo pensar en Lowe quedó claro en el set, cuando ya desbocado a rendir sus amores y los nuestros, supo pasear entre un Cruel to be kind presentado con un simple ahh, los clásicos o un I live on a battlefiled que extendía los tentáculos hacia ese cierto aire de country trotón y hacia dominios que también pisara con Lowe el gran Paul Carrack.
Pero es que escuchando a Lorente, de eso estamos hablando. De pop pasado por el tamiz del rock, ya sea de raíz americana o eterna. Ese rock con Rickenbackers colgadas del hombro que se mece entre saltarinas melodías como las de Mirabelle, himnos corales con vocación de estadio como Délirium Clémence, la refrescante vitalidad de Les anges s’envolent, la suavidad arrastrada de Bien étrange o el puro power-pop de una pieza como Katrine. Tommy Lorente lo deja bien claro acompañado de banda en un disco que comienza los agradecimientos con nombres como Dom Mariani, Paul Collins o de nuevo Lowe, para seguir con músicos como el batería Pascal Bartolone o el propio Niko Etxart.
Y deja también bien claro de dónde vienen esas canciones cuando las interpreta en solitario con su acústica, haciendo uso sin estridencias de loops que le permiten insertar punteos, mostrándose como un interesante guitarrista, y crear capas que en el momento abriguen notas capaces de ser distorsionadas. No deja de lado ciertos aires propios del pop francés, va a donde va pero viene de donde viene, y su manifiesto personal queda al descubierto con el tremendo puñado de versiones que se pasean entre las suyas a lo largo de la hora y media larga. Por ahí pueden sonar desde XTC al Heart of gold de Young, de las anteriormente nombradas a los Free fallin' o Learning to fly de un Tom Petty omnipresente en cada nota de Lorente, de su sorprendente lectura del Another girl, another planet de Perrett en francés al Someplace where love can’t find me por el que Marshall Crenshaw guiño los ojos a John Hiatt, del…
Si por él hubiera sido, aún estaríamos allí.
* Compra el disco en tu dealer habitual o a través de Rock Indiana
Suena la corriente: "Ma dose de toi" - Tommy Lorente
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