Hace dos años y medio escribíamos aquello de De vuelta al bar, sentados. Treinta y dos años después, nos enfrentábamos de nuevo a un disco de Graham Parker & The Rumour. Nos volvíamos a encontrar, pero esta vez no en los cuartos oscuros del pub, donde ofrecían el alcohol prohibido, sustancias vitaminosas y pecaminosas y los puños iban a las caras más a menudo de lo deseado. (...)
Graham Parker pareciera que hace ya tiempo puso punto y final a su cabreo vital permanente, esa agitación interior ante lo visto y lo vivido que solamente podía ser apaciguada a los sones de una guitarra, con las notas de una melodía y la espuma de una cerveza en la jarra. Sí, sus compinches Brinsley Schwarz y Martin Belmont agarraban sus seis cuerdas, Andrew Bodnar las cuatro, Bob Andrews las teclas y Steve Goulding los parches y acompañaban las frustraciones del jefe no solo haciéndolas suyas, sino compactando la respuesta hacia ellas como pocas veces se había hecho a golpe de soul'n'roll, rhythm'n'roll, rock'n'roll y cuanto roll queramos poner a la vida.
Ahora, entramos de nuevo a ese pub, y desde el pequeño escenario, una banda de sexagenarios sonríen a la vida como si fueran aún jóvenes, mientras se lanzan hacia algo tan vitalmente suave, satisfactorio y, por qué no, melancólico como Going there. Teclados, guitarras y coros en formato de swing, pudiendo hasta imaginar al cantante lanzándose a unos dubitativos pasos de claqué. Y no es una primera impresión. Wall of Grace es capaz de abrazar en base a una melodía y unos coros que son pura vitamina emocional. Seguramente, lo que tanto ellos como nosotros, a sus edades y a las nuestras, necesitamos.
Graham Parker & The Rumour vuelven en esta nueva etapa que han emprendido, y vuelven pegados a sus bares y pubs, pero subidos a sus taburetes, paseando sus arrugas, extrayendo sus experiencias, haciendo chascarrillos sobre ellas, y si acaso, dando algún paseo por entre las mesas de los asistentes. Porque esa es otra. Mientras ellos no dudan en reconocer parte de su pasado, I've done bad things, nosotros aceptamos las noticias con parsimonia, Slow News Day. Y entre todos, hacemos gala de viejas aspiraciones r&b, Railroad Spikes, de rock de raíz country-soul llevado en volandas por unos deliciosos teclados, Flying into London, de ramalazos del color del blues, Fast Crowd, e incluso de etílica comunión coral, Pub Crawl. Incluso hacemos el tonto en varios momentos, y nos reímos de ello.
Graham Parker & The Rumour han vuelto, y como ya esperábamos, lo hacen refrescados, y no irritados, por el mundo, engatusados, y no enmarañados, por la melodía, abrazados, y no arañados, por las canciones, comprendidos, y no presionados, por su público. Ellos y nosotros tenemos una edad que nos hace buscar lo que queremos, porque seguramente, si no lo sabemos, lo intuimos.
Y lo pasamos de maravilla. La única duda es la de que si entran al bar un grupo de jóvenes y ven a la banda y a su público, vayan a entenderlo y quedarse.
Y la verdad, de momento no me preocupa lo más mínimo.
Suena la corriente: "Transit of Venus" - Graham Parker & The Rumour
Suena la corriente: "Transit of Venus" - Graham Parker & The Rumour
Muy buena critica y revision. Excelente comparacion del Parker cabreado y el sosegado. Volvemos a Stuck bt lightning
ResponderEliminarGracias! Y es lo que tiene, será la edad, será la vida. Pero se puede seguir disfrutando. Y mucho.
EliminarAbrazo
Este disco me tiene moviendo los pies toda la tarde...muy buena la recomendación! La vida es para disfrutar al son de estos tipos. Gracias!
ResponderEliminarMayte
Es que Parker es valor seguro...
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