Todo es cíclico, ya se sabe, y la rueda dentada no suele parar. Así que casi como si el anterior hubiera sido ayer, y The Saurs estuvieran aún levantando los puños en señal de celebración por su victoria, comienza un nuevo curso del Concurso Pop-Rock Villa de Bilbao, que alcanza con esta su 27ª edición. Una madurez que debe hacer más exigente si cabe al que buenamente va a disfrutar de nuevas bandas, y que ojalá nos haga que este año el ojeo merezca el descubrimiento de lo inesperado. (...)
La cosa, sin embargo, no comenzó del todo bien por el lado de los participantes. O al menos por alguno de ellos. El caso es que una de las formaciones más esperadas, los gallegos Puma Pumku, hacedores de unas ensoñaciones llenas de sabor psicodélico y que apenas unos días antes habían estado tocando en el zaragozano Psych Fest se cayeron del cartel y de la competición. Rumores nada halagüeños se oyeron, pero dejemos que el tiempo vaya dando su confirmación o no.
Así que los madrileños Yakuzas fueron los encargados de abrir el certamen, con la simple idea de lo fácil que puede ser el rock’n’roll. Dos guitarras, un bajo, una batería y muchas ganas. Pedaleras? Para qué!!! “Es un poco como somos nosotros, no tenemos un sonido determinado, cogemos cosas de allí, de aquí… vamos, que me estoy liando!!!, jajaja”. Aunque rápidamente salen al quite: “la cosa es mucho más fácil, hay que poner el ampli al once y hacer rock’n’roll”. Reconocen compartir instituto desde los 13 años y haber tenido la idea de formar una banda “pero sin saber tocar ningún instrumento al principio, ni siquiera los teníamos físicamente. Sí supimos que la película de Sidney Pollack con Robert Mitchun, Yakuza, nos iba a dar el nombre”, y eso sí, enarbolan la bandera de su barrio, Chamberí, frente a las puntas de lanzas de otros grupos con el contiguo Malasaña: “en Malasaña ya hay muchos, es como una moda, se quieren colar todos, a nosotros nos gusta presumir de nuestro barrio. Hay muchas bandas que dicen ser de Malasaña, pero lo único que hacen allí es ir al Freeway”. Así que en nada debería sorprender que su primer disco se llamara Chamberí Rock City ni que entre sus correrías musicales entre el punk ochentero (cantar en castellano les acerca a ello), el garage y el rock’n’roll distorsionado y chuleta, cuelen himnos oscuros como La ley de Chamberí. Hace tres años ya ganaron el Villa de Madrid, lo que les dio “impulso, principalmente, que se fijen en ti los medios, y entrar en Artistas en Ruta, lo que nos permitió girar, que es lo divertido de tener una banda”. Tras la publicación de un lp y un ep, andan trabajando en lo siguiente, que esperan grabar a principios de año sin olvidar el vinilo como edición, mientras hablan de Vitoria, Oñate o Urretxu casi como sus segundas casas: “subir al norte es como hacer un viaje con el cole, es genial. Te recuerda un poco el porqué estás aquí haciendo esto”. De ahí a estar en el Villa de Bilbao, “es todo un orgullo”.
Los bilbaínos Unclose no pensaron nominalmente en ninguna película, pero sí admiten que su nombre tiene varios sentidos: “todos provenimos de un grupo que acabó, y Unclose vuelve a abrir algo; y tiene el sentido metafórico de desocultar algo que estaba oculto. La unión de ambos significados es lo que nos decantó”. Efectivamente, los tres formaban tres cuartas partes de Split 77, y cuando el otro cuarto decidió dejarlo, optaron por el nuevo proyecto, “sin olvidar el bagaje que uno lleva, pero con cambio de idioma, de cantante, de planteamiento de los temas… intentamos diferenciarnos de lo que fuimos. Split 77 representó una etapa importantísima en nuestras carreras, pero la coyuntura que se dio nos ofreció la oportunidad de coger aire fresco y renovarnos en todos los sentidos”. No se sienten demasiado ceñidos por los ritmos pregrabados que acompañan su instrumentación clásica, “utilizamos una serie de recursos y sabemos lo que ganamos y perdemos, y aún así nos gusta poder abrir espacios que nos permitan un desarrollo más libre". Alcanzan un cierto carácter épico muy habitual en la escena after-punk, que ellos fusionan con los elementos electrónicos más bailables, reconociendo a The Cure “como una banda a la que mirar y analizar musicalmente desde hace mucho tiempo, sin dejar de ser una banda pop, han incluido más o menos recursos electrónicos. Al final, aunque tengamos secuencias y programaciones, tratamos de que nuestras canciones sean puro pop, en el sentido más abierto, música popular. Buscamos el límite entre dónde está el mainstream y el underground, que a veces es una línea terriblemente delgada”. Cuando este cronista llega a citar a Simple Minds como posible ejemplo descriptivo de lo comentado, reconocen que “nos encanta charlar con vosotros, porque nos descubrís toda una serie de referencias… (risas)”. Al fin y al cabo, todo es una misma línea. “Exacto. Pero la cuestión estilística no es un objetivo en nuestro caso, no estamos atados. Unclose significa también una renovación constante”. Con idea de sacar en otoño un ep con cinco canciones, esperan del Villa difusión y una vía de ayuda a su autogestión.
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