* Autores: Jaime G. López "Desperdicios" y Josetxo Río Rojo
Si rebuscas en su sección de vinilos de segunda mano encontrarás una caja azul de tres LP's de Carl Perkins. Ahí se esconde una de las piedras Rosetta de la historia del rock&roll primigenio. No sería el ultimo que adquiriría allí con la santa apostilla del sello Sun de Memphis entonces, ni curiosamente de nuevo, en los últimos años. Entre medio, para mí habrán pasado calculo veinte años. (...)
Si rebuscas en su sección de vinilos de segunda mano encontrarás una caja azul de tres LP's de Carl Perkins. Ahí se esconde una de las piedras Rosetta de la historia del rock&roll primigenio. No sería el ultimo que adquiriría allí con la santa apostilla del sello Sun de Memphis entonces, ni curiosamente de nuevo, en los últimos años. Entre medio, para mí habrán pasado calculo veinte años. (...)
La lista de descubrimientos realizados entre sus paredes es interminable, siempre con Joni y Javi como sabios prescriptores y consejeros. Blue Valentine, Tom Waits (curioso de nuevo junto a Carl Perkins y NRBQ), Murder Ballads, Nick Cave and the Bad Seeds, I feel Allright, Steve Earle & the Dukes... Hay artistas de cabecera, como Brian Setzer, que siempre adquiero allí, saben que no tienen ni que preguntar, cada nuevo lanzamiento hay una copia a mi nombre.
Y es que aquello no es una tienda de discos, término que se queda muy corto para definirlos. Power Records es una tienda de música. Un lugar en el que dar a conocer a artistas, compartir música, interactuar con quien entra, entablar una relación con el cliente, ejercer como centro multiusos para charlas, presentaciones de libros, conciertos o la venta de artefactos sonoros, en definitiva promover la música. Bien lo sé, ellos siempre han apoyado en la andadura musical, llamando para tocar el Record Store Day (el segundo año en la segunda tienda) o vendiendo tu disco que ahora luce en el escaparate. Su labor para con las bandas locales no es pequeña, ni, como todo lo demás, sé si está suficientemente valorada y reconocida.
Cuentan estos días que a pesar de su apertura en tiempos de gran competencia y oferta en su ramo, a pesar de la aparición de las grabadoras de CD, las descargas, el streaming o las apisonadoras globales on y off line, ellos resisten. Una cosa es segura: a pesar de los años transcurridos, la pasión, entrega e inquietud de sus dos gestores sigue intacta. Solo tienes que entrar y verles haciendo cuatro cosas con varias personas a la vez para saber que ese pequeño Paraíso en el centro de Bilbao seguirá allí si nosotros queremos y lo apoyamos.
Hoy celebran sus 25 años y lo hacen como siempre, con gusto en un doble cartel que une a The Parson Red Heads con el canadiense Doug Paisley, a partir de las 20 hrs. en el Kafe Antzokia. Allí nos vemos para agradecer a Javi y Joni su proeza. (Jaime G. López "Desperdicios")
Las ciudades tienen, o han de tener, sus rincones, sus callejas, sus olores, sus gentes que nos ayudan a llevarlas. Sí, a los que vivimos el día a día. De nada me sirven las franquicias multitudinarias, la despersonalización a la que los gestores públicos las someten para arrebatarnos, una vez más, como en todo, nuestras propias señas de identidad, la desaparición de su propia alma. Quedan vacías pero bonitas, limpias pero aburridas, muertas pero con gente.
Y es cada uno el que sigue acudiendo a las trastiendas, donde el vicio corre de mano en mano. Y el vicio puede ser cualquier cosa que nos ayude a seguir caminando por esas calles desalmadas. Cada uno ya sabe donde quiere acudir, dónde quiere beber y comer, y no me refiero solamente a bebida y comida.
He pasado media vida fuera de mi ciudad, y he vivido en cuatro o cinco más. Y en cada una he buscado esos lugares, que ni de coña han de ser oscuros y apartados, simplemente porque nos dan luz. Unas cubetas, unos discos, unos dedos sucios de pasar carátulas, ay, joder, eso es rock’n’roll y otras enfermedades.
En Bilbao, Power Records se hace querer, por lo que da. Aunque esta jodida vida nos tenga con los bolsillos vacíos y no podamos saciar la adicción como quisiéramos, al menos uno sabe que si pasa por allí, escuchará buena música, charlará buena conversación, y soñará con buen material. Y entre todos, nos apoyaremos un poco más.
Que es de lo que se trata. Aunque nos busquen las cosquillas.
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