Uno hubiera tenido la tentación de afirmar que la tríada de
inicio, My own fantasy, Need you y High es posiblemente el mejor comienzo, el
más energético y enérgico, contundente y fresco, escuchado en mucho tiempo.
Durante este año, al menos, seguro. Pero alto ahí, ¿estamos dispuestos a dejar de
lado la siguiente Another world, un pildorazo como si los Jam hubieran vuelto
con todo su esplendor rítmico y una buena dosis de mala leche soul? (...)
Sólo cuando llega Wouldn’t you know, un medio tiempo
sobadito por el soul que empapa todo su bagaje punk, uno comienza a pensar qué coño hacen estos chavales australianos a lomos de estas canciones. 10 en 28
minutos, concretamente. Un sopapo de los de antes, certero, enrojecedor,
sonoro, directo. Como si los Undertones y los Buzzcocks hubieran decidido unir
sus fuerzas ya justo tras sus primeros lanzamientos. Además, esas voces tan
cercanas a Feargal Sharkey sólo pueden ayudar al desbarre. Que en Garbage adquieren tonalidades after-punk? Vale. Tienen tan asumidos los años 80 que encima son
capaces de engrandecerlos…
Pero de qué nos sorprendemos, si ya en su anterior y homónimo
disco, la cuestión estaba expuesta en 12 canciones y 26 minutos. Señor, es
ahora cuando se alargan. Y es ahora cuando confirman, con todas las de la ley,
que estos chicos de Sydney son hoy por hoy una de las realidades más excitantes
del panorama, australiano por supuesto, pero también internacional en general. Normal que fueran Canción de la Semana en el Río. Es como volver la vista a aquellos Reigning Sound en los que prima un puntito
más el garage que el soul, y mezclarlo todo ello con las sulfúricas urgencias
del punk. La voz de Shogun, que en apenas tres años ha sido capaz de cantar el
debut, abandonar el grupo, volver y cantar la confirmación, es una de esas
fantasías que todo el mundo ha deseado alguna vez. Unir el desgarro visceral
del punk con el no menos visceral, ni menos desgarro, del soul, y todo
ello con el descaro de canciones como soles.
Porque a las apuntadas podemos unir la nostalgia implícita
en una melodía como la que acompaña a Caroline, donde los sabores de Replacements
son capaces de adoptar personalidad propia, o ese guiño directo a los rasguños
de los 90 que es Love her if I tried.
Responderán estos tipos a pseudónimos, Law, Shogun, Joe,
Shortty, pero su música responde simplemente a la visceralidad de lo auténtico.
Tremendos.
Suena la corriente: "High" - Royal Headache
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