Es lo que tiene la música en directo. Que un día pasas de alcanzar tus cielos particulares, aquellos en los que te mecen canciones en las que el pop teje melodías de fina belleza, para al día siguiente arrastrarte por tus infiernos también particulares, en los que el rock’n’roll sabe del color oscuro de la noche, de la herida sobre el cuerpo blanco y del alma jodida a jirones. Y ambos, cielo e infierno, sólo tuyos, en ausencia de dioses y diablos, son placenteros. (...)
Así que esa progresión, que debe parar para restablecer coordenadas, nos llevó en la jornada del jueves a la sala Kutxa Beltza, que a pesar de estar en la planta superior del Kafe Antzokia, alberga los miasmas propios de los búnkeres y antros donde suenan sucias las guitarras. Y un ciclo como el ya veterano Izar & Star sabe bien de qué va todo esto y se conjuró para ofrecer doblete de lujo. Porque lujo fue ver a dos bandas locales que a cada bolo que ofrecen suben un peldaño en unas trayectorias ya con varias muescas encima.
Los Fastuosos de la Ribera saben cada día más a pub-rock. La incorporación de Joseba Gotxi al hammond les ha dotado de ese aire a grupo musicalmente curtido en garitos de mala muerte y viva música, por más que ellos mismos siempre hayan transmitido esa imagen. Pero ahora priman más los riffs callejeros, los teclados orgánicos, sin abandonar el rock con sabor a blues miran cara a cara mucho más a los Stones y a sus adorados Burning, se presumen mucho más saboreables con un whisky en una mano y la cintura de una puta en la otra, y cada día, si cabe, son más banda. Su cancionero se coló de entrada y salida del set, pero el bloque central, sentido y razón del Izar&Star manda, quedó reservado a la recuperación de una de esas bandas que el público en general no conoce de nombre pero sí de alguna de sus canciones, aunque fuera por las cámaras de Tarantino sobre ellas. Así que no lo evitan y de primeras se enfrentan a un Stuck in the middle with you llevada a su terreno, rockerizada y boogiezada, perdiendo buena parte de su origen folk y ganando en suciedad de barra de bar. Y ahí es donde Los Fastus agarran las canciones que Joe Egan y Gerry Rafferty crearon en Stealers Wheel y realizan con ellas el trabajo contrario a lijarlas y pulirlas, dando más boogie a Wishbone, llevando a la contundencia rock a una balada como You put something better inside me, riffs cortantes a Blind Faith y I get by y una brutal despedida con Let it ride, puro espíritu rock’n’roller para una canción que ya han hecho suya, parte central y definitoria de su actual etapa.
Y no éramos pocos los que sabíamos que la Iguana tiene en Screamin’ George alma gemela en las catacumbas y cavernas bajo los muelles de la Ría de Bilbao. Cuando se anunció la lectura de The Stooges para el Izar & Star, a nadie pareció sorprender que los encargados de ella fueran Screamin’ George & The Hustlers. Su consolidación como máquina sónica de altas revoluciones ha sido evidente en los últimos meses, y un brutal EP como el publicado este año, con guiños incluidos a las fieras de Detroit en canciones como Get out of here, anticipaba y acreditaba dicha elección. Y los jodidos Hustlers supieron no defraudar las expectativas. De hecho, más que confirmar, las superaron, y donde en Los Fastus se intuía alcohol y mala vida, en los Hustlers se sentía la violencia, contenida o no, la carnalidad de la herida en la piel, la patada en todos los huevos para que encima sintamos el profundo placer de sentir subir el dolor desde la entrepierna a la nuca. Degenerados. Sí, ya lo sabemos. Ellos y nosotros. Gozando con la calorífica metralla de The Stooges de nuevo en garito pequeño y con graduación. Y las guitarras Hustlers, comandadas por Sir James y con la incorporación para el bolo de Álvaro Segovia afrontando algunos cambios de personal, soberbias, impactantes, a base de punteos sulfúricos y riffs jodientes, recordando tanto a Ron Asheton como a James Williamson. Porque, centrados en exclusiva en repertorio Stooges, desfilaron las tres joyas del prostíbulo, The Stooges, Fun House y Raw Power. Mandobles, ponzoña, reptiles por el suelo e iguanas sobre la barra, anarquismo, sudor, mala gana y distorsión, alma cazurra y hostias para Dirt, TV Eye, No fun, 1969, Down in the street, I need somebody, Loose, Search and Destroy, para terminar queriendo ser todos, ellos y nosotros, perros.
Y conseguirlo.
Esto es lo malo y lo que no perdonamos ni a este ciclo ni a estas bandas.
Que nos condenen.
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