jueves, 26 de noviembre de 2015

Tony Hazzard (& Matt Harding)
Colegio de Abogados, Bilbao (25/11/2015)
Pero es que la sentimos


Pocas veces ocurre. Cada concierto necesita un pequeño proceso de adaptación, en el que el oyente entre en comunicación con lo escuchado, con el artista, que abandone los estados con los que ha llegado, que vaya avanzando. Y hay conciertos en los que pasas esa barrera inicial y otros en los que te quedas sin saltarla, no llegas a conectar, e independientemente de la excelencia o no de la actuación del intérprete (aunque curiosamente suele tener mucho que ver), para ti resulta fallido. Pero pocas veces ocurre lo inmediato.(...)


Que apenas comenzado el concierto, y tras una breve tonada de pura suavidad folk, la segunda canción sea capaz de desarbolarte por completo, de hacerte aflorar todos los sentimientos y emociones empaquetados durante las últimas jornadas, de erizar piel y sentidos, de humedecer los ojos y de indicarte que estás en uno de esos momentos que recordarás durante mucho tiempo. Y casi aún acababas de quitarte el chaquetón. Pero comenzó a sonar Listen to me, no con la saltarina prestancia con que la hicieron grande The Hollies en el 68, no con la misma presencia pop con que la interpretó su autor, Tony Hazzard, en su disco en el que un año después revisaba un buen puñado de sus composiciones que habían triunfado en bocas de otros. Y eso que esos otros podían ser, además de The Hollies, nombres como Manfred Mann, Herman’s Hermits, The Yardbirds, The Family Dogg, The Tremeloes, Lulu, Andy Williams… No, en el Colegio de Abogados, el propio Tony Hazzard la introdujo aclarando que él la toca ahora muy distinta, para comenzar una interpretación sobrecogedora, brutalmente delicada, bellísima, y con el mismo sustrato pop con el que nació, pero al mismo tiempo convertida en algo mucho más intenso, más…, como él mismo decía entre chanza y chanza, lleno de ironía…, reflexivo. Una canción así vale por toda una carrera.

Y claro, quien esto escribe ya quedó tocado desde el principio, abocado  a una crónica más de esas en las que habla de magia, de delicia al escuchar un The Eagle flys tonight que cantaran Simon Dupree and The Big Sound, de hipnosis al hacerlo con el Fox on the run que habías disfrutado en manos de Manfred Mann, al adentrarte por las historias que rodean su nuevo disco, The Hallicombe Sessions, grabado junto al artista norteamericano asentado en Donosti Matt Harding, que entre caricias folk y pop te lleva por la campiña inglesa cuando los campos tenían nombre propio, por los viajes de un comerciante de especias tras Cinnamon Skin, por la búsqueda de la tranquilidad tras el éxito, con un Martin, una botella de vino y una guitarra en el Journey's End, por el cricket y un 70 not out para celebrar una edad a la que aún uno no se siente expulsado del juego, por las resacas que todos conocemos pero nunca podremos cantar como en Hangover Blues, por el paso de los días en Another Day for me, por la compañía vocal y espiritual que le proporciona Matt Harding en el escenario, consiguiendo conjuntar voces de manera mágica…

Pero es que magia es disfrutar de un desconocido autor de conocidísimas canciones, uno de esos artistas sin los cuales no estaríamos aquí. Ni nosotros ni la gente de ese oasis incalificable y casi misterioso cuando lo conoces por primera vez que es un club donostiarra de amantes de la música hasta el extremo de recuperar joyas como Tony Hazzard por el placer de escuchar trocitos de cielo, y que no dejan de reconciliarte a diario con la música y la gente que vive con ella. Como nos reconcilia la programación del Colegio de Abogados.

En efecto, otra crónica más de esas del Río en que se habla de magia.
Pero es que la sentimos.

Suena la corriente: "Listen to me" - Tony Hazzard


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