Uno no deja de darle vueltas a esa deliciosa canción de amor
que abre este Lessons from a shooting star. Cuando en Sweetheart deal dice aquello de 'when I put Otis Redding on / you’re
singing every word'. Asombrado por la perfección de la persona amada, además comprende la imposibilidad de encontrar error alguno cuando encima se sabe
todas las canciones de Otis. Sonará a infantil, juvenil o a lo que se quiera,
pero uno tiende a entenderlo perfectamente. (...)
Y es que todas las canciones de esta gozosa rodaja tienen al
amor como comadreja que corre entre verso y verso, nota y nota. Y respecto a
eso, a los versos, pero por encima de todo, a las notas, tampoco podemos
nosotros encontrar errores. Hablamos de power-pop mayúsculo, del que se deja
almibarar por melodías sacadas de Big Star o Teenage Fanclub, de los momentos
más intensamente azucarados por Matthew Sweet, de las olas nuevas de los 80, con una tripleta de inicio como
la enunciada Sweetheart deal, How do you do o Just say go, que desparraman
guiños a Beatles (y no solo con referencias al “viejo Paul”), energía, melodía
y armónica paz interior. Y si uno se pone a pensar, que este guitarrista
de Nashville, que ha tocado con gente como Albert Hammond Jr, The Mooney Suzuki,
Caitlin Rose o Andrew Combs, como repetimos en crónica tras crónica, que hace
cinco años se lanzó a su primer intento en solitario, haya grabado en la
soledad de su apartamento esta obra, con tan implícita como explícita
calcomanía de los grandes pero trufada de su propio fuero, no sorprende en
nada. Tal vez opciones tan personales salen mejor rodeadas de su propio mundo
rutinario. Únicamente la guitarra puntual de Sadler Vaden, o los tambores de
Doc Marshall distraen a un pequeño artesano que comparte la composición de The
brighter side con otro par que ha paseado en más de una ocasión por pasajes
similares, Brendan Benson, y que no teme encarar desde a luminarias californianas
de marcado carácter de raíz, como bien deja claro en esa oda And I know she
did, o echarse en brazos de la narcolepsia que fue capaz de crear en más de
una ocasión Jeff Lynne con su Electric Light Orchestra (por el amor hermoso, ese 'Sleeping Sun'!)
Porque Reno Bo no tiene ningún miedo a crear guitarras y sonidos
que en parte remiten a los márgenes que el AOR resguarda de la complacencia
vacía, como ya antes amplificaron maestros como Badfinger.
Y qué más dará que el disco lleve meses en el mercado, su
aún es capaz de crear curiosidades que puedan convertirse en certezas. Así
nacen las adicciones. Adicciones por las que siempre agradeceremos a la gente de You Are The Cosmos. Desde aquí al lado, hay esperanzas.
* Compra el disco a tu dealer habitual o a través de You Are The Cosmos
Suena la corriente: "How do you do" - Reno Bo
Fantástico.
ResponderEliminarSiguiendo la pista, encontré también el "Happenings And Other Things", de 2010.
GraciasGraciasGracias
Sí, sí, los dos discos a su nombre, ambos merecen mucho la pena...
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