viernes, 11 de marzo de 2016

Peter Bruntnell
Kutxa Beltza, Kafe Antzokia, Bilbao (10/03/2016)
El nosotros

Es el recurrente tema de qué es lo que hace que una canción llegue a triunfar o no. Sí, ya sé que lo que algunos podemos llegar a considerar la canción perfecta, visto lo visto, deja mucho que desear a efectos del supuesto éxito. Aunque este concepto es igualmente discutible, brumoso, tan empalagoso como esquivo. Pero si todas las hojas de promoción relativas a Peter Bruntnell refieren que más de un medio especializado le considera el secreto mejor guardado del Reino Unido, y que personajes como Peter Buck o Kurt Wagner, o incluso unos Son Volt con los que llegó a grabar, le tienen como referente, algo habrá.(...)

Y entonces vuelves a hacer sonar ese By the time my heads gets to Phoenix, en la versión eléctrica que incluyó en su inmaculado Normal for Bridgwater, y le das vueltas y vueltas. Qué separa a esa canción de otras que encumbraron a REM, o a Lambchop, o a Uncle Tupelo, o a Dream Syndicate, o a Steve Earle, o a los padres del power-pop, o a los hijos de la energía, o a los nietos de la melodía? Nada. Absolutamente nada. Al menos para nosotros. Así que habremos de suponer que la única razón para que no
sea una más de las melodías recurrentes en una radio fórmula rock con buen gusto ha de ser la falta de suerte.

O acaso que tanto Peter Bruntnell como nosotros seamos unos perros raros. Raros pero que gustosamente lamemos nuestra sarna. Cualquiera que acumule un material que ha alcanzado la decena de discos con una media de melodías y hallazgos perdurables muy por encima de lo habitual, entra en el nosotros. Cualquiera que asista a sus conciertos, por muy espaciados que sean en el tiempo y escasos en la asistencia, entra en el nosotros. Cualquiera que sepa emocionarse con un tipo que, a cuestas con su guitarra de sabor folk, con algún suave pedal de efectos que pueda llegar a traer alguna brisa de psicodelia, con armónicas que dan cuenta de su labor de cantor de varios caminos, y alcanza perfecciones íntimas, entra en el nosotros.

Y entramos porque por ahí, entre la neblina emocionada de Sea of Japan, el camino sin pendiente que recorre Domestico, la maravillosa serenidad melódica que empapa Here comes the swells o la angustia casi eléctrica de Have you seen that girl again, Bruntnell adelanta canciones de un disco nuevo, Nos Da Comrade, que ya podía comprarse al finalizar el set aún cuando habrá que esperar unas semanas para que esté en la calle, y que llevan la impronta de la perfección, aunque sea de una nana de melodía abrumadora como Caroline. Y entre ellas, buscando esa casi perfección, habrás podido entrever a John Martyn o a Nick Drake enlazados en la propia presencia de un Peter Bruntnell que no debería necesitar comparaciones para que queramos entrar en el nosotros.

Suena la corriente: "By the time my head gets to Phoenix" - Peter Bruntnell



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